Las naciones de la Biblia (2)

Nueve naciones o grupos étnicos tuvieron un papel significativo en la historia de Israel en los tiempos bíblicos. (Continuación de la entrada anterior) 

6. Los babilonios

Entre los años 2000 y 1000 a.C., Mesopotamia estaba controlada por un pueblo oriental, los Elamitas, que descendían de Sem, hijo de Noé (Gn.10:22; 14:1, 9) y que habían vencido a los Sumerios. Los Elamitas fueron echados de Mesopotamia en el 1760 a.C. por un pueblo asentado al oeste del Éufrates, los Amorreos. El victorioso general que encabezaba esta invasión era Hammurabi. Afirmando que era el representante de la tierra de dios Marduk, Hammurabi estableció a babilonia como su capital, dando comienzo al antiguo reino de Babilonia.

Después de la muerte de Hammurabi, el antiguo reino de Babilonia se disgrego casi inmediatamente, y permaneció fragmentado casi 1000 años hasta la llegada de un soldado caldeo llamado Nabucodonosor, que estableció el segundo reino de Babilonia en el 612 a.C. al derrotar a los asirios, en el 605 derroto al último contrincante, Egipto, en la batalla de Carquemis. Nabucodonosor persiguió a los egipcios en su huida al oeste como Jerusalén. Su primera vista a Jerusalén fue breve, pero se apresuró a volver a su patria a causa de la repentina muerte de su padre, Nebopolar.

Más tarde aquel mismo año, Nabucodonosor ocupo Jerusalén, permitió que Joacim  (hijo de Josías) gobernara como su rey marioneta, y se llevó algunos de los tesoros del templo y algunos descendientes reales principales a Babilonia. Entre este grupo estaban Daniel y sus tres amigos (2 Cr. 36:6-7; Dn. 1:1-6).
En el 597, Nabucodonosor volvió y se llevó el resto de los tesoros del templo a Babilonia, junto con el rey Joaquín (hijo de Joacim), el profeta Ezequiel y diez mil príncipes, funcionarios y hombres principales (2 R. 24:14-16).

En 1586, Nabucodonosor volvió otra vez a castigar la rebelión encabezada por Sedequías, el último rey de Judá. Esta vez las murallas fueron derribadas, destruido el templo, y la ciudad quemada. Los hijos de Sedequías fueron muertos, y él mismo fue cargado y llevado a Babilonia. Babilonia cayó en manos de Persia en 1539.

7. Los persas

Durante 217 años (550 a 333 a.C.), los Persas gobernaban lo que en aquel tiempo era el más grande imperio de la historia, establecieron uno de los mejores sistemas de gobierno conocido hasta el imperio romano, sometiendo incluso a sus reyes bajo el imperio de la ley. El rey Persa Ciro conquisto Babilonia en el 1539, y, en cumplimiento de la profecía bíblica (Is. 44:28—45:1), permitió que todos los exiliados Judíos que los desearan volviesen a Judea (véase Esdras) con la bendición de los gobernantes de Persia, los Judíos pudieron reconstruir su templo y su capital (Véase Esdras- Nehemías). Pero muchos Judíos decidieron permanecer en el imperio persa, donde, en el 473, serian salvados de un plan de exterminio de un malvado príncipe persa por la reina Ester. A su tiempo Persia cayó en poder de Alejandro Magno de Grecia en el 331.

8. Los griegos

Grecia ya había visto su “edad dorada”: la era que había producido grandes hombres como Pericles, Heródoto, Hipócrates, Sócrates, Platón, Aristóteles y Demóstenes, cuando Alejandro Magno llego al poder a la edad de 20 años, dispuesto para poner por obra el sueño de su padre de invadir Persia. En el 334 a.C. paso a Asiria y derroto a los persas en el Gránico. Los volvió a derrotar en Isos en el 333. Destruyo Tiro, dejo incólume a Jerusalén y fue bien acogido en Egipto, donde fundo Alejandría. Aplasto a los persas para siempre en Arbela en el 331. Después de invadir a la India en el 327, comenzó a planificar la reconstrucción de Babilonia a su antigua gloria. Pero murió en la India al 323 a los 32 años de edad. Su colosal imperio fue dividido entre sus cuatro generales.

Israel quedo dominado por parte del antiguo imperio de Alejandro centrado en Egipto (Dominado por los Ptolomeos) hasta el 198, año en que cayó bajo el control de los Selecidas de Siria. En el 171 el gobernante Seléucida Antíoco Epífanes comenzó una cruel campaña antijudía en la que dio muerte a decenas de millares de Judíos y profano el templo (véase exposición sobre Dn. 8:15-27) antes de ser derrotado por los Judíos en el 615 (Hecho registrado en el libro apócrifo de 1 Macabeos).

Parte del legado de Grecia fue su lengua, que se extendió por todo su imperio, hasta el punto de que el AT fue traducido al griego a. 250 a.C.

9. Los romanos

La fecha tradicional para la fundación de Roma es el 21 de Abril del 753 a.C. Hacia el 338, Roma controlaba la Italia central. Y hacia el 150 había desplazado a los cuatro reinos sucesores de Grecia como la potencia mundial dominante. Hacia el 64 a.C. Roma controlaba Palestina. Luego vino un periodo de guerras intestinas y de incertidumbre, siendo el sistema salvado y consolidado por Julio Cesar durante las Guerras de Galias (58-51 a.C.). Cesar fue asesinado en el Idus de Marzo del 44 a.C., y el imperio fue tomado por Octavio (Augusto) Cesar.

Augusto derroto las fuerzas de Antonio y Cleopatra en acción y convirtió Egipto en una provincia Romana. El imperio Romano llego así a la cima de su poder y gloria. Fue durante el gobierno de Augusto que tuvo lugar el nacimiento de Cristo (Lc.2:1). Augusto reino desde el 31 a.C. hasta el 14 d.C.  Y fue sucedido por Tiberio (14--37). Los ministerios de Juan Bautista y de Cristo tuvieron lugar durante el reinado de este último.

Extraido de: Compendio Manual Portavoz, 2001
Harold L. Willmington, pág. 931-935

Las naciones de la Biblia (1)

Nueve naciones o grupos étnicos tuvieron un papel significativo en la historia de Israel en los tiempos bíblicos. 

  1. Los sumerios.
La dispersión que siguió a la torre de Babel (Gn.11) tuvo lugar probablemente en algún momento antes del 3000 a.C. hay evidencia de al menos dos grupos étnicos que datan de aquel tiempo en Mesopotamia, la “tierra entre los dos ríos” (el Tigris y el Éufrates). Los acadios vivían en los valles superiores, mientras que los sumerios ocuparon los valles superiores, incluyendo la ciudad de Ur, el lugar donde nació Abraham.

Los sumerios eran excelentes arquitectos y constructores. Ur, por ejemplo, poseía un descomunal palacio real con enormes escalinatas, grandes columnas y paredes enmaderadas cubiertas de hermosas pinturas.
Los sumerios fueron la nación más antigua con registros escritos. Usaban símbolos pictográficos pero posteriormente cambiaron dichos símbolos a señales convencionales, escribiendo en tabletas de arcilla blanda con estilos. El estilo tenía una punta triangular y hacia marcas “en forma de cuña”. Entre los más famosos de los escritos sumerios se encuentran La creación y La épica de Gilgamés, que da la narración del diluvio universal.
  1. Los egipcios.
Protegidos por todos lados por barreras naturales y bendecidos con la riqueza del Nilo, Egipto se convirtió en una de las primeras civilizaciones, con dinastías nacionales datando de época tan temprana como el 3300 a.C. Mizraím, hijo de Cam, hijo de Noé, es generalmente considerado como el antecesor de los egipcios así como de los filisteos; Mizraím es el término hebreo para denotar a Egipto (véase Gn.10:6).

Egipto estaba en la cumbre de su poder a 1600 – 1100 a.C. José fue vendido como esclavo en Egipto a. 1900, y su familia acudió allá para escapar del hombre unos 25 años después. Después de aproximadamente otros cien años, los egipcios comenzaron a usar a los israelitas como mano de obra forzada para sus colosales proyectos de edificios reales. Dios los libro por medio de los milagrosos acontecimientos del éxodo en el 1445. Tras haberlos liberado de Egipto y habiéndolos establecido en su propia patria, los israelitas buscaron en diferentes ocasiones la alianza con Egipto contra otras potencias mundiales. Los profetas de Israel siempre los advirtieron contra esta alianza, y los acontecimientos subsiguientes siempre demostraron la certeza de dichas advertencias. Las posiciones de Egipto como potencia mundial se desvanecieron para siempre durante los años del dominio mundial.

  1. Los Cananeos.
“Cananeo” es un término general para la gente que vivía en la Tierra Prometida en el tiempo en que Israel la reclamo después de su liberación de Egipto. Entre los cananeos se incluían los fenicios, filisteos, amonitas, heteos, jebuseos, amorreos y heveos. Muchos de esos pueblos eran descendientes de Canaán, el cuarto hijo de Cam (Gn9:22-27; 10:6, 15-20), y la designación “cananeo” puede haber procedido de él. Pero algunos creen que el nombre procedía del griego Canaán, que significa “rojo sangre”. Los fenicios y otros mercaderes marinos llegaron a la región para adquirir un tinte del molusco murex, y debido al color distintivo del tinte se pasó a referirse a toda la región como Canaán.

Entre las primeras ciudades fundadas por los cananeos se incluyen Gezer, Meguido, Jericó, Sodoma, Gomorra y Jerusalén. Los cananeos fueron probablemente los primeros en tener un alfabeto; el suyo se componía de 31 símbolos.

Las naciones Cananeas eran conocidas como las más pervertidas sexualmente y más moralmente depravadas, y como los pueblos más sanguinarios de toda la historia antigua. Su depravación esta mencionada en la Biblia (Gn.13:13; 15:16; 18:20; 19:1 – 11: Nm.25:1 – 3; Jue.19: 14 – 25; 1R.14:24; 15:12; 22:46; 2R.23:7). También la menciona Filón de Biblos, un erudito fenicio a. 1000 a.C., y aparece mencionada en la literatura de la antigua Ugarit, encontrada en 1929 en Ras Shamra. Fue debido a la depravación de los cananeos que Dios dio su tierra a los judíos y ordeno el exterminio de aquellos (Dt.7:1 – 5; 20:10 – 15; Jos.9:24).

  1. Los filisteos.
Entro los cananeos, los filisteos eran especialmente dignos de mención por su interacción con Israel. Los filisteos, un pueblo marinero, llegaron de la isla de Creta (“Caftor”, Dt.2:23; Jer.47:4; Am.9:7) y se asentaron en Canaán alrededor del 1200 a.C. Ellos, lo mismo que los egipcios, procedían del linaje de Cam, a través de su segundo hijo Mizraím (1 Cr.1:11-12). Pueblo guerrero, conquistaron las naciones autóctonas y constituyeron una liga de cinco ciudades (la “Pentapolis”), compuesta de Gaza, Asdod, Escalón, Ecrón y Gat. “Palestina”, a menudo sinónima de Canaán, deriva de “Filistea”.

Los filisteos eran sumamente religiosos, y adoraron a Dagón (el dios del cereal), a Astoret (dios de la fertilidad) y a Baal-zebub (dios de la morada) (1S.5:2-4; 31:20; 2R.1:2). Baal-zebub fue más conocido como Beelzebú, a quien Jesús designo “El príncipe de los demonios” (Mt.12:24, 27). Los filisteos celebraban sus victorias en el templo de sus ídolos (1S.31:9) y a menudo llevaban a sus dioses a la batalla (2S.5:21).

Samgar y Sansón lucharon los filisteos (Jue.3:31; 31:1; 15:20). Fueron eventualmente echados hacia la costa por Samuel (1S.7:12-14). Saúl fue derrotado por ellos y murió en la batalla (1S.31). David lucho contra ellos (1 S.17; 2S.5). Para la época de Salomón había quedado totalmente sometido (1R.4:21).

  1. Los asirios.
Hacia alrededor del 1200 a.C., los asirios regían toda Mesopotamia desde su capital Nínive; quizá la más grande ciudad de la antigüedad. La más cruel de las naciones en la historia antigua, los asirios conquistaba y gobernaban mediante el más puro terror. Cuando conquistaban una nación, deportaban a toda su población a Asiria como esclavos y ponían el territorio conquistado a disposición de aquellos extranjeros que quisieran vivir allí. Los asirios desarrollaron la técnica de la guerra de sitios, usando arietes y otros ingenios para destruir las fortificaciones de los enemigos.

Asiria comenzó a amenazar Israel a. 750 a.C., y derroto el reino del norte en el 722, deportando a la mayor parte de la población a un exilio del que nunca volverían (2R. 15 – 17). Nínive y su imperio de Asiria cayeron en manos de Babilonia en el 612 a.C.


Extraido de: Compendio Manual Portavoz, 2001
Harold L. Willmington, pág. 931-935

El Progreso del Peregrino Ilustrado (Libro PDF)

Hace algún tiempo compartimos uno de los clásicos más significativos en la literatura cristiana, El Progreso del Peregrino de John Bunyan.

En esta ocasión nos complacemos en traer para ustedes una versión ilustrada de esta obra. En ella encotramos un respaldo para nuestra imaginación y una nueva apreciación del trabajo de Bunyan en condensar las escrituras en esta obra.




La Biblia fue una parte importante en la vida de John Bunyan y sus escrituras manifiestan su dependencia en ese recurso superior en cada punto de la historia que ahora leemos.

Puede leer o descargar aquí mismo este libro:


John Bunyan

A pesar de su escasa educación secular, la exquisita sensibilidad espiritual de Bunyan (1628-1688) hizo de él la figura religiosa de mayor relieve en Gran Bretaña. Exceptuando la Biblia, ningún libro religioso ha gozado de tanto éxito entre la clase media y baja de ese país como su Progreso del Peregrino (1682). Años antes, había escrito La gracia abundante para el primero de los pecadores (1666), donde narra su conversión. Entre el resto de sus numerosos escritos, merece también mencionarse La Guerra Santa y Defensa de la Justificación por la Fe. Esta última, una crítica despiadada contra el creciente pelagianismo, suscito las críticas de muchos clérigos.

Llamado al ministerio después de su conversión, Bunyan se unió a una iglesia no conformita, que era bautista calvinista en cuanto a la doctrina y congregacional en cuanto al gobierno. Lo mismo en sus sermones que en sus escritos, se preocupaba por exponer sencillamente las verdades evangélicas, sin lenguaje técnico, sino apoyado en lo experimental. Aunque no pertenecía al clero, su actividad como predicador laico fue enorme. Por su valentía en proclamar y vivir la fe evangélica, paso doce años y medio en la cárcel de Bedford, negándose a obtener la libertad a cambio de silencio. Se ha hecho famosa su respuesta: “Si me sueltan hoy, volveré a predicar mañana”. Fue pastor en la ciudad de Bedfor durante 16 años hasta su muerte, ocurrida después de una cabalgata bajo la lluvia que iba de Reading a Londres.

Extraido de: Diccionario Teologico Ilustrado, Editorial Clie 2001
Francisco Lacueva, Alfonso Ropero

Nabucodonosor II

Nombre que el Antiguo Testamento da al que fue rey de Babilonia desde 605 hasta 562 a.C. Es Nabucodonosor II y no debe confundírsele con Nabucodonosor I, quien fue rey de la cuarta dinastía babilónica y gobernó en esa ciudad en el siglo XII.

El padre de Nabucodonosor, Nabopolasar, fue el primer rey del Imperio Beobabilonico o Caldeo. Aun antes de ascender al trono, Nabucodonosor se distinguió por su actividad militar. Poco antes de morir su padre, Nabucodonosor marcho a la cabeza de un ejército para enfrentarse a las tropas de Necao, rey de Egipto. Josías, rey de Judá, fiel a su alianza con Babilonia, se apuso a Necoa en Meguido, y murió a consecuencia de las heridas recibidas. Le sucedió su hijo Joacaz. Sin embargo, Necoa no acepto esta sucesión y coloco en su lugar a Joacim, otro hijo de Josías y hermano de Joacaz. A este último lo llevaron cautivo a Egipto (2R 23:28-35; 2Cr.35:20-36:4). Mas las victorias de Necao fueron efímeras, pues Nabucodonosor le derroto en Carquemis (605 a.C.). Joacim y su reino quedaron sujetos al Imperio Babilonio.

Las noticias de la muerte del rey Nabopolasar obligaron a Nabucodonosor a regresar a Babilonia. Sin embargo, después de algunos años Joacim, alentado por el aparente resurgimiento de la potencia de Egipto, se rebeló contra Nabucodonosor, y este envió sus tropas para que para que atacasen a Judá. Joacim murió en la campaña y le sucedió su hijo Joaquin. Cuando os babilonios tenia situada Jerusalén, el propio Nabucodonosor vino a dirigir la campaña. En el año 597 Jerusalén cayo, y Nabucodonor se apodero de los tesoros del templo y del palacio. Además, a babilonia llevaron en calidad de prisioneros al rey Joaquín, sus familiares y algunos personajes del reino. Junto con ellos, Nabucodonosor llevo consigo varios millares de obreros y soldados que desde entonces habrían de servirle. En lugar de Joaquín, Nabucodonosor coloco sobre el trono de Jerusalén a Sedequías tío de Joaquín (2R.24:1-7; 2Cr.36:5-10). Resulta difícil conpaginar los detalles de estas dos narraciones, y por ello hemos seguido aquí la primera de ellas. Se han encontrado textos babilónicos en los que se habla del rey Joaquín, que vivía en cautiverio en esa ciudad.

El nuevo rey, Sedequías, a pesar de ser criatura de Nabucodonosor, no tardo en rebelarse en su contra. Fue entonces cuando Nabucodonosor “vino con todo su ejército a Jerusalén, y la sitio, y levanto torres contra ella alrededor” (2R.25:1). Tras un periodo de sitio, el rey y su ejército huyeron de la ciudad, pero los caldeos dieron con ello, dispersaron al ejército Judío y capturaron a Sedequías. A esto lo llevaron frente a Nabucodonosor. Ahí degollaron a sus hijos en presencia suya, y a él le sacaron los ojos, después de los cual lo llevaron cautivo a Babilonia.

La ciudad de Jerusalén fue destruida. Todos los principales edificios fueron incendiados, y los caldeos echaron abajo las murallas de la ciudad. Dejando solo a los labradores para que trabajaran en la tierra, Nabuzaradán, capitán de la guardia de Nabucodonosor, llevó cautivos a Babilonia al resto de la población. Junto con este gran número de esclavos, los caldeos llevaron consigo todo cuanto pudieron tomar del templo y los palacios de Jerusalén (2 R 24.18-25.21; 2 Cr 36.11-21). Fue durante esta época, y en torno a estos acontecimientos, que profetizó Jeremías y a causa de ello se le acusó de traición. Debido a estos aciagos acontecimientos de la caída y destrucción de Jerusalén y del cautiverio del pueblo, el año 587 a.C. es de importancia capital para la historia de Israel.

Aparte de las campañas mencionadas, algunos textos babilónicos describen muchas otras que Nabucodonosor dirigió. Entre sus aliados se contaban los Medos, que en tiempos de Belsasar contribuirían a poner fin al Imperio Neobabilónico. Además, durante el reinado de Nabucodonosor se erigieron en Babilonia algunas de sus más grandes obras arquitectónicas, construidas en gran parte con materiales y artesanos procedentes de tierras conquistadas, como los judíos. Entre estas obras se destacaban los "jardines colgantes de Babilonia", de los cuales hoy solo quedan algunos rastros difícilmente reconocibles.

Según Daniel 4, Nabucodonosor pasó por un período de locura, tras el que una vez restablecido alabó a Dios como Rey y Señor. Los textos babilónicos y el resto de la literatura veterotestamentaria, nada dicen al respecto.

El período de más de medio siglo durante el que Nabucodonosor reinó en Babilonia fue la época de oro del Imperio Caldeo. En tiempo de su hijo Evil-Merodac comenzó la decadencia, que culminaría poco después con la caída de Babilonia mientras Belsasar celebraba su famoso banquete. 

Extraido de: "Dioccionario Ilustrado del Biblia". Wilton M. Nelson, Grupo Nelson 2013.

UNA VISIÓN GENERAL DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Por: Paul N. Bernware
El antiguo testamento es la historia de la nación de Israel, una nación singular y distinta de todas las naciones de la tierra por el hecho mismo de que Dios entro en una relación de pactos con ellos- es la historia de una nación designada por Dios para darle gloria a Él mismo y salvación a la humanidad, una historia de las grandes victorias y derrotas espirituales de los hombres y de la asombrosa fidelidad de Dios.

LOS TRATOS DE DIOS CON LA HUMANIDAD

El Antiguo Testamento se divide en dos partes distintas, cubriendo cada una de ellas varios miles de años de historia. La primera es Génesis 1-11, que constituye un registro de los tratos de Dios con la humanidad en general. Durante aquellos tiempos, no hubo ningún grupo especial como la iglesia o la nación de Israel. Los tratos de Dios eran con los individuos. Por cuanto no conocemos la fecha exacta de la creación del universo, no podemos decir con certidumbre, como algunos dicen, que Génesis 1-11 cubre 2.000 años. Podrían ser varios miles más de años (pero no millones ni miles de millones de años). Hay mucho que noha sido registrado acerca de estos años primeros de la humanidad, pero se incluyen cuatro grandes acontecimientos: el relato de la creación, la caída del hombre, el gran diluvio de los tiempos de Noé, y la división de la humanidad en la torre de Babel. Estos acontecimientos quedan registrados brevemente para que podamos comprender de donde procedió este universo material, de donde provinieron el pecado y el mal, y por qué el mundo de los humanos esta tan fragmentado. Pero los primeros poco miles de años de la historia de la humana son pasados rápidamente a fin de llegar al principal énfasis del Antiguo Testamento, que es la elección de Israel como nación escogida de Dios.

LOS TRATOS DE DIOS CON ISRAEL

La segunda parte distintiva del Antiguo Testamento cubre alrededor de 2.000 años. Esta parte comienza con Génesis 12 e incluye todo el resto del Antiguo Testamento. Génesis 12 es el capítulo clave de la Biblia. Es aquí que Dios escoge a un hombre llamado Abraham y concierta un pacto eterno e incondicional con él y con sus descendientes. Dios hizo muchas promesas a Abraham. Estas promesas incluían bendiciones personales para Abraham y sus descendientes y bendiciones que incluirían al resto de la humanidad.

EL PACTO ABRAHÁMICO

En este pacto, Dios prometió que haría de Abraham una gran nación. Los primeros libros fundamentales (Génesis, Éxodo, Números y Josué) registran la formación de la nación de Israel. A fin de tener una nación deben existir tres elementos básicos: un pueblo, una ley y una tierra.Génesis 12 – 50 registra como Dios comenzó a dar crecimiento a esta nueva nación. En estos capítulos, los tratos de Dios con Abraham y su familia dejan clarísimo para todos que Dios es el dador de la vida y que Él “elemento poblacional” de una nación. Al final de Génesis, la nación he llegado a alrededor de setenta y cinco personas, li que generalmente no es considerado como una “gran” nación. Pero durante los 275 años entre Génesis y Éxodo tuvo lugar una gran explosión demográfica. Para el tiempo del éxodo, la población de la nación había crecido a más de dos millones. El elemento demográfico de la nación había quedado completado.

LA LEY DE MOISÉS

Luego, para poder funcionar como nación legitima, Israel necesitaba un código de leyes para regir su vida. Israel había estado esclavizada en Egipto durante el periodo entre Génesis y Éxodo, pero fue liberada milagrosamente por Dios y su líder humanos Moisés. Después de su poderosa liberación, registrada en el libro del Éxodo, el pueblo de Israel viajo al monte Sinaí, donde recibieron su constitución, unas leyes que cubrían todos los aspectos de la vida. Acamparon ante el monte Sinaí por alrededor de un año, donde recibieron la ley y construyeron su centro portátil para el culto, el tabernáculo.

LA TIERRA PROMETIDA

Cuando termino el año ante el monte Sinaí, Israel partió para poseer la Tierra Prometida, la tierra de Canaán. Esta tierra formaba parte del pacto que Dios había celebrado con Abraham hacia unos 400 años. Con la toma de esta tierra se alcanzarían el tercer y último elemento, e Israel inauguraría su papel como “gran” nación. Pero el tercer libro fundamental, Números, registra un terrible momento en la historia de Israel. En aquel tiempo Israel rehusó creer y obedecer a Dios, y ello impidió a la nación poseer la tierra. En lugar de vivir en Canaán, Israel fue errando sin rumbo en una región desértica durante casi cuarenta años.Finalizado aquel periodo de disciplina, Israel se dirigió a la ribera oriental del rio Jordán y se dispuso a cruzarlo para entrar en su tierra. Fue en este tiempo que murió el gran líder de Israel, Moisés, justo antes de la muerte de Moisés, Dios escogió a Josué para conducir a la nación. El condujo a Israel a través del rio y a la tierra de los malvados cananeos. Este periodo de guerra duro entre cinco y siete años. Con el quebrantamiento del poder de los cananeos, el pueblo de Israel podía reivindicar toda la tierra. Israel tenía ahora población, ley y una tierra. Había finalizado el periodo de la formación de la nación (véase tabla “Eras de la historia del Antiguo Testamento”, pp.20 - 21).Luego, Josué repartió la tierra, dando a cada una de las doce tribus de Israel un área claramente delimitada. Era ahora la tarea de cada tribu individual finalizar la conquista de la tierra eliminando a cada cananeo que viviera en su área tribal. Dios había dado orden especifica que no se mezclaran matrimonialmente con los cananeos, ni hicieran tratados con ellos, ni les fuera permitido vivir entre ellos. Desafortunadamente, Israel prefirió de nuevo no obedecer.

LOS GOBERNANTES NACIONALES

Cuando Josué murió, Israel entro en una nueva era en su vida nacional. Dios no reemplazo a Josué con un nuevo líder para su pueblo. La intención de Dios era que la nación recién formada fuese una teocracia (un gobierno de Dios) sin un líder humano singular. Dios gobernaría por medio de la ley promulgada en el Sinaí y a través de los sacerdotes como intérpretes y mantenedores de la ley. Pero la teocracia resulto un fracaso, porque Israel no quería obedecer su propia constitución. El quinto libro fundamental, Jueces, registra estos años, conocidos primariamente por sus derrotas y fracasos. Durante los más de 300 años de teocracia se tuvieron que suscitar jueces una y otra vez en situaciones de crisis. Los jueces libraban a Israel de sus enemigos e introducían un tiempo de obediencia y paz. Pero estos periodos daban de nuevo paso al pecado, a la incredulidad y a la idolatría. Otro juez era suscitado por Dios, y el ciclo se repetía.Después de tres siglos de repetidos fracasos, Israel demando un rey humano. A pesar de que esto constituía un repudio de su gobierno, Dios permitió que Saúl deviniera el primer rey de Israel. Con la coronación de Saúl, Israel entraba en una tercera era de su historia: el periodo de la monarquía. Los siguientes cuatro libros fundamentales (1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes) registran los siguientes 450 años de la historia de Israel. Primero y Segundo de Samuel narran las historias del primer rey de Israel, Saúl, y del más grande rey de Israel, David. Fue con el rey David que Dios concertó un maravilloso pacto, mucho del cual se cumplió en el “gran hijo” de David, el Señor Jesucristo. Salomón, hijo de David, reino tras la muerte de David, y fue el tercer y último rey en reinar sobre todas las doce tribus de Israel.

LA NACIÓN DIVIDIDA

Debido a los pecaminosos caminos de Salomón, Dios juzgo a la familia de David dividiendo a la nación en dos reinos separados. El reino del norte, Israel, se constituyó con diez tribus. El reino del sur recibió el nombre de Judá y se constituyó con dos tribus gobernadas por la familia de David. Durante dos siglos coexistieron estos dos reinos, a veces como amigos, a veces como enemigos. Pero el tiempo del reino divido llego a su fin cuando, por el pecado idolatría, el reino del norte fue destruido por la nación de Asiria. El reino del sur existió en solitario durante más de cien años. Permaneció durante más tiempo porque más tiempo porque tuvo la bendición de la presencia de algunos reyes piadosos. Sin embargo, como el del norte, el reino del sur cayó en la idolatría. Esta vez, Dios empleo a la nación de Babilonia como su vara de disciplina. Muchos del reino del sur, incluidos Daniel y Ezequiel, fuerondeportados de Judá a Babilonia. La nación vivió en cautiverio unos setenta años.

LA RESTAURACIÓN PARCIAL

Finalmente, como cumplimiento a su promesa, Dios restauro a muchos del pueblo a su propia tierra. El periodo final de la historia del Antiguo Testamento acerca de Israel se registra en Esdras u en Nehemías, los dos últimos libros fundamentales. Este periodo de 150 años se centra en la restauración política y espiritual de Judá, y en varios grandes hombres que fueron empleados en esta restauración.Con el fin del libro de Nehemías llega a su fin la historia del Antiguo Testamento. Transcurrirían unos 400 años antes que las Escrituras reanudaran la historia. Los años de silencio serian interrumpidos por un mensajero angélico, Gabriel, que anunciaría el nacimiento de Juan el Bautista y el nacimiento de Jesús el Mesías, el “gran hijo” de David. Dios no había olvidado sus promesas del pacto a Abraham y a sus descendientes, ni se habíaechado atrás en cuanto a ellas.Esta es una breve visión general de la historia básica del Antiguo Testamento. Ahora nuestra tarea será examinar con un mayor detalle cada uno de los fundamentales y enlazarlos luego con el resto de los libros del Antiguo Testamento.

Extraido del Libro: Panorama del Antiguo Testamento
Comentario Bíblico Portavoz
Edicion 1994
Páginas 15 - 19

Juan Calvino

Cuidemos de que nuestras palabras y pensamientos no vayan más allá de lo que la Palabra de Dios nos dice. [...] Dejémosle a Dios su propio conocimiento, [...] y concibámoslo tal como Él se nos da a conocer, sin tratar de descubrir algo acerca de su naturaleza aparte de su Palabra.
Juan Calvino
Sin lugar a dudas, el más importante sistematizador de la teología protestante en el siglo XVI fue Juan Calvino. Mientras Lutero fue el espíritu fogoso y propulsor del nuevo movimiento, Calvino fue el pensador cuidadoso que forjó de las diversas doctrinas protestantes un todo coherente. Además, para Lutero su búsqueda tormentosa de la salvación y su descubrimiento de la justificación por la fe fueron tales que siempre dominaron toda su teología. Calvino, como hombre de la segunda generación, no permitió que la doctrina de la justificación eclipsara el resto de la teología cristiana, y por ello les prestó mayor atención a varios aspectos del cristianismo que habían quedado postergados en Lutero: en particular, a la doctrina de la santificación.

La formación de Calvino

Calvino nació en la pequeña ciudad de Noyon, en Francia, el 10 de julio de 1509, cuando Lutero había ya dictado sus primeras conferencias en la universidad de Wittenberg. Su padre pertenecía a la clase media de la ciudad, y trabajaba principalmente como secretario del obispo y procurador del capítulo de la catedral. Haciendo uso de tales conexiones, le procuró a su hijo Juan dos beneficios eclesiásticos con los cuales costearse los estudios. Con esos recursos, el joven Calvino fue a estudiar a París, donde conoció tanto el humanismo como la reacción conservadora que se le oponía. La discusión teológica que tenía lugar en esos días lo llevó a conocer las doctrinas de y clif, Huss y Lutero. Pero, según él mismo dice: “estaba obstinadamente atado a las supersticiones del papado”. En 1528 completó sus estudios en París, al obtener el [Vol. 2, Page 72] grado de Maestro en Artes, y decidió dedicarse a la jurisprudencia. Con ese propósito, continuó sus estudios en Orleans y en Bourges, bajo dos de los más célebres juristas de la época, Pierre de l’Estoile y Andrea Alciati. El primero seguía los métodos tradicionales en el estudio e interpretación de las leyes, mientras que el segundo era un humanista elegante y quizá algo fatuo. Cuando hubo un debate entre ambos, Calvino intervino a favor del primero. Esto es importante porque indica que, aun en esos tiempos en que comenzaba a dejarse cautivar por el espíritu humanista, Calvino no sentía simpatías hacia la elegancia vacua que frecuentemente se posesionaba de algunos de los más famosos humanistas.[Vol. 2, Page 73] Pero a pesar de su conflicto con Alciati, Calvino estaba decidido a seguir el camino de los humanistas. Pronto se unió a un pequeño círculo de estudiosos y admiradores de Erasmo, y se dedicó a los estudios humanistas. Luego, aunque recibió su licencia para practicar la abogacía en 1530, su principal ocupación durante los próximos dos años parece haber sido la preparación de un comentario acerca de la obra de Séneca, De clemencia. Este comentario, publicado en 1532, fue relativamente bien recibido, aunque no colocó a su autor en el número de los más ilustres humanistas.

La conversión

No se sabe a ciencia cierta qué llevó a Calvino a abandonar la fe romana, ni la fecha exacta en que lo hizo. A diferencia de Lutero, Calvino nos dice poco acerca del estado interior de su alma. Pero lo más probable parece ser que en medio del círculo de humanistas en que se movía, y a través de sus estudios de las Escrituras y de la antigüedad cristiana, Calvino llegó a la convicción de que tenía que abandonar la comunión romana, y seguir el camino de los protestantes. En 1534 se presentó en su ciudad natal de Noyon, y renunció a los beneficios eclesiásticos que su padre le había procurado, y que eran su principal fuente de sostén económico. Si ya en ese momento estaba decidido a abandonar la iglesia romana, o si ese gesto fue sencillamente un paso más en su peregrinación espiritual, nos es imposible saberlo. El hecho es que en octubre de 1534 Francisco I, hasta entonces relativamente tolerante para con los protestantes, cambió su política, y en enero del año siguiente Calvino se exiliaba en la ciudad protestante de Basilea.

La Institución de la religión cristiana

Calvino se sentía llamado a dedicarse al estudio y las labores literarias. Su propósito no era en modo alguno llegar a ser uno de los jefes de la Reforma, sino más bien encontrar un lugar tranquilo donde estudiar las Escrituras y escribir acerca de la nueva fe. Poco antes de llegar a Basilea, había escrito un breve tratado acerca del estado de las almas de los muertos antes de la resurrección. Según él concebía su propia vocación, su tarea consistiría en escribir otros tratados como ése, que sirvieran para aclarar la fe de la iglesia en una época de tanta confusión. Por lo pronto su principal proyecto era un breve resumen de la fe cristiana desde el punto de vista protestante. Hasta entonces, casi toda la literatura protestante, llevada por la urgencia de la polémica, había tratado exclusivamente acerca de los puntos en discusión, y había dicho poco acerca de las otras doctrinas fundamentales del cristianismo, tales como la Trinidad, la encarnación, etc. Lo que Calvino se proponía entonces era llenar ese vació con un breve manual al que le dio el título de Institución de la religión cristiana. La primera edición de la Institución cristiana apareció en Basilea en 1536. Era un libro de 516 páginas, pero de formato pequeño, de modo que cupiera fácilmente en los amplios bolsillos que se usaban entonces, y pudiera por tanto circular disimuladamente en Francia. Constaba de sólo seis capítulos. Los primeros cuatro trataban acerca de la ley, el Credo, el Padrenuestro y los sacramentos. Los dos últimos, de tono más polémico, resumían la posición protestante con respecto a los “falsos sacramentos” romanos, y a la libertad cristiana.[Vol. 2, Page 74] El éxito de esta obra fue inmediato y sorprendente. En nueve meses se agotó la edición que, por estar en latín, resultaba accesible a lectores de diversas nacionalidades. A partir de entonces Calvino continuó preparando ediciones sucesivas de la Institución, que fue creciendo según iban pasando los años. Las diversas polémicas de la época, las opiniones de varios grupos que Calvino consideraba errados, y las necesidades prácticas de la iglesia, fueron contribuyendo al crecimiento de la obra, de tal modo que para seguir el curso del desarrollo teológico de Calvino, y de las polémicas en que se vio envuelto, bastaría comparar las ediciones sucesivas de la Institución. Puesto que no podemos hacer tal cosa aquí, nos limitaremos a hacer constar las fechas e idiomas de las diversas ediciones aparecidas en vida de Calvino, para terminar con un breve resumen de la última. Tras la edición de 1536, en latín, apareció en Estrasburgo la de 1539, en el mismo idioma. En 1541 Calvino publicó en Ginebra la primera edición francesa, que es una obra maestra de la literatura en ese idioma. A partir de entonces, las ediciones aparecieron en pares, una latina seguida de su versión francesa, como sigue: 1543 y 1545, 1550 y 1551, 1559 y 1560. Puesto que las ediciones latina y francesa de 1559 y 1560 fueron las últimas producidas en vida de Calvino, son ellas las que nos dan el texto definitivo de la Institución. Ese texto definitivo dista mucho de ser el pequeño manual de doctrina que Calvino había tenido en mente al publicar su primera edición, pues los seis capítulos de 1536 se han vuelto cuatro libros con un total de ochenta capítulos. El primer libro trata acerca de Dios y su revelación, así como de la creación y de la naturaleza del ser humano, pero sin incluir la caída y la salvación. El segundo libro trata acerca de Dios como redentor, y del modo en que se nos da a conocer, primero en el Antiguo Testamento, y después en Jesucristo. El tercero trata acerca de cómo, por el Espíritu, podemos participar de la gracia de Jesucristo, y de los frutos que ello produce. Por último, el cuarto trata de “los medios externos” para esa participación, es decir, de la iglesia y los sacramentos. En toda la obra se manifiesta un conocimiento profundo, no sólo de las Escrituras, sino también de los antiguos escritores cristianos, particularmente San Agustín, y de las controversias teológicas del siglo XVI. Sin lugar a dudas, ésta fue la obra cumbre de la teología sistemática protestante en todo ese siglo.

El reformador de Ginebra

Calvino no tenía la menor intención de dedicarse a la vida activa de sus muchos correligionarios que en diversas partes llevaban a cabo la obra reformadora. Aunque sentía hacia ellos profundo respeto y admiración, estaba convencido de que sus dones no eran los del pastor ni los del adalid, sino más bien los del estudioso y el escritor. Tras una breve visita a Ferrara, y otra a Francia, decidió establecer su domicilio en Estrasburgo, donde la causa reformadora había triunfado, y donde había una gran actividad teológica y literaria que le parecía ofrecer un ambiente propicio para sus labores. Empero el camino más directo hacia Estrasburgo estaba cerrado por razones de una guerra, y Calvino tuvo que desviarse y pasar por Ginebra. La situación en esa ciudad era confusa. Algún tiempo antes, la ciudad protestante de Berna había [Vol. 2, Page 75] enviado misioneros a Ginebra, y éstos habían logrado obtener el apoyo de un pequeño núcleo de laicos instruidos que ansiaban la reforma de la iglesia, y de un fuerte contingente de burgueses cuyo principal deseo parece haber sido lograr ciertas ventajas y libertades que no tenían bajo el régimen católico. El clero, por lo general de escasa instrucción y menos convicción, sencillamente había seguido las órdenes del gobierno de Ginebra cuando éste decidió abolir la misa y optar por el protestantismo. Esto había sucedido unos pocos meses antes de la llegada de Calvino a Ginebra, y por tanto los misioneros procedentes de Berna, cuyo jefe era Guillermo Farel, se encontraban al frente de la vida religiosa de toda la ciudad, y carentes del personal necesario. Calvino llegó a Ginebra con la intención de pasar allí no más de un día, y proseguir su camino hacia Estrasburgo. Pero alguien le avisó a Farel que el autor de la Institución se encontraba en la ciudad, y se produjo así una entrevista inolvidable que el propio Calvino nos cuenta.[Vol. 2, Page 76] Farel, que “ardía con un maravilloso celo por el avance del evangelio”, le presentó a Calvino varias razones por las que se precisaba su presencia en Ginebra. Calvino escuchó atentamente a su interlocutor, unos quince años mayor que él, pero se negó a acceder a su ruego, diciéndole que tenía proyectados ciertos estudios, y que no le sería posible llevarlos a cabo en la situación que Farel describía. Cuando este último hubo agotado todos sus argumentos, sin lograr convencer al joven teólogo, apeló al Señor de ambos, e increpó al teólogo con voz estentórea: “Dios maldiga tu descanso, y la tranquilidad que buscas para estudiar, si ante una necesidad tan grande te retiras, y te niegas a prestar socorro y ayuda”. Ante tal imprecación, nos cuenta Calvino: “esas palabras me espantaron y quebrantaron, y desistí del viaje que había emprendido”. Y así comenzó la carrera de Juan Calvino como reformador de Ginebra. Aunque al principio Calvino accedió sencillamente a permanecer en la ciudad, y a colaborar con arel, pronto su habilidad teológica, su conocimiento de la jurisprudencia y su celo reformador hicieron de él el personaje central en la vida religiosa de la ciudad, mientras Farel gustosamente se convertía en su colaborador. Empero no todos estaban dispuestos a seguir el camino de reforma que Calvino y Farel habían trazado. En cuanto comenzaron a exigir que se siguieran verdaderamente los principios protestantes, muchos de los burgueses que habían apoyado la ruptura con Roma comenzaron a ofrecerles resistencia, al tiempo que hacían llegar a otras ciudades protestantes en Suiza rumores acerca de los supuestos errores de los reformadores ginebrinos. El conflicto se produjo por fin en torno al asunto del derecho de excomunión. Calvino insistía en que, para que la vida religiosa se conformara verdaderamente a los principios reformadores, era necesario excomulgar a los pecadores impenitentes. Ante lo que parecía ser un rigorismo excesivo, el gobierno de la ciudad se negó a seguir los consejos de Calvino. A la postre, el conflicto fue tal que Calvino fue desterrado. El fiel Farel, que pudo haber permanecido en la ciudad, escogió el exilio antes que servir de instrumento a los burgueses que querían una religión con toda clase de libertades y pocas obligaciones. Calvino vio en todo esto una puerta que el cielo le abría para continuar la vida de estudio y retiro que había proyectado, y se dirigió a Estrasburgo. Pero en esa ciudad el jefe del movimiento reformador, Martín Bucero, tampoco lo dejó en paz. Había allí un fuerte contingente de franceses, exiliados por motivos religiosos, carentes de dirección pastoral, y Bucero hizo que Calvino quedara a cargo de ellos. Fue entonces cuando nuestro teólogo produjo una liturgia francesa, y tradujo varios salmos y otros himnos, para que los cantaran los franceses exiliados. Además produjo la segunda edición de la Institución, y contrajo matrimonio con la viuda Idelette de Bure, con quien fue muy feliz hasta que la muerte la llevó en 1549. Los tres años que Calvino pasó en Estrasburgo fueron probablemente los más felices y tranquilos de su vida. Pero a pesar de ello siempre se dolía de no haber podido continuar la obra reformadora de Ginebra, por cuya iglesia sentía un gran amor y responsabilidad. Por tanto, cuando las circunstancias cambiaron en la ciudad suiza, y el gobierno lo invitó a regresar, Calvino no vaciló, y una vez más quedó a cargo de la obra reformadora en Ginebra. Fue a mediados de 1541 cuando Calvino regresó a Ginebra. Una de sus primeras acciones fue redactar las Ordenanzas eclesiásticas, que fueron aprobadas pocos meses después por el gobierno de la ciudad, aunque con algunas enmiendas. Según [Vol. 2, Page 77] se estipulaba en ellas, el gobierno de la iglesia quedaba principalmente en manos del Consistorio, que estaba formado por los pastores y por doce laicos que recibían el nombre de “ancianos”. Puesto que los pastores eran cinco, los laicos eran la mayoría del Consistorio. Pero a pesar de ello el impacto personal de Calvino era tal que casi siempre ese cuerpo siguió sus deseos. Durante los próximos doce años, hubo conflictos repetidos entre el Consistorio y el gobierno de la ciudad, pues el cuerpo eclesiástico, siguiendo la inspiración de Calvino, trataba de regular las costumbres con una severidad que no siempre era del agrado del gobierno. En 1553 la oposición había vuelto a ganar las elecciones, y la situación política de Calvino era precaria. Fue entonces cuando comenzó el famoso proceso de Miguel Serveto. Este era un médico español, autor de varios libros de teología, que estaba convencido de que la unión de la iglesia con el estado a partir de Constantino había constituido una gran apostasía, y que el Concilio de Nicea, al promulgar la doctrina trinitaria, había ofendido a Dios. Serveto acababa de escapar de las cárceles de la inquisición católica en Francia, donde se le seguía proceso de herejía, y se vio obligado a pasar por Ginebra, donde fue reconocido cuando fue a escuchar a Calvino predicar. Fue arrestado, y Calvino preparó una lista de treinta y ocho acusaciones contra él. Puesto que Serveto era un erudito, y además había sido acusado de herejía por los católicos, el partido que se oponía a Calvino en Ginebra adoptó su causa. Pero el gobierno de la ciudad les pidió consejo a los cantones protestantes de Suiza, y todos concordaron en que Serveto era hereje. Esto acalló a la oposición, y se resolvió condenar a Serveto a ser quemado vivo, aunque Calvino trató de que en lugar de ello se le decapitara, por ser una pena menos cruel. La muerte de Serveto fue duramente criticada, principalmente por Sebastián Castellón, a quien Calvino había hecho expulsar de la ciudad por interpretar el Cantar de los Cantares como un poema de amor. A partir de entonces ese incidente se ha vuelto símbolo del dogmatismo rígido que reinaba en la Ginebra de Calvino. Y no cabe duda de que hay mucho de verdad en esto. Pero no se olvide que en la misma época, y en diversas partes de Europa, tanto católicos como protestantes estaban procediendo de manera semejante contra quienes consideraban herejes. El propio Seneto fue condenado a la hoguera por la inquisición francesa, que no pudo llevar a cabo su sentencia por la fuga del reo. En todo caso, después de la ejecución de Serveto la autoridad de Calvino en Ginebra no tuvo rival, sobre todo por cuanto los teólogos de todos los demás cantones suizos protestantes le habían prestado su apoyo, al tiempo que sus opositores se habían visto en la difícil situación de defender a un hereje condenado tanto por los católicos como por los demás protestantes de Suiza. En 1559 Calvino vio cumplirse uno de sus sueños, al ser fundada la Academia de Ginebra, bajo la dirección de Teodoro de Beza, quien después sucedería a Calvino como jefe religioso de la ciudad. En aquella academia se formó la juventud ginebrina según los principios calvinistas. Pero su principal impacto se debió a que en ella cursaron estudios superiores personas procedentes de varios otros países, que después llevaron el calvinismo a ellos. Hacia el fin de sus días, Calvino preparó su testamento y se despidió de sus colaboradores. Farel, que se había dedicado a proseguir la obra reformadora en Neuchatel, fue a ver a su amigo por última vez. Murió el 27 de mayo de 1564. [Vol. 2, Page 78]

Calvino y el calvinismo

En vida de Calvino, la principal cuestión teológica que dividía a los protestantes (aparte, claro está, de los anabaptistas) era la de la presencia de Cristo en la comunión, que según hemos visto fue la principal causa de desavenencia entre Lutero y Zwinglio. En este punto, Calvino siguió el ejemplo de su amigo Bucero, el reformador de Estrasburgo, quien tomaba una posición intermedia entre Lutero y Zwinglio. Para Calvino, la presencia de Cristo en la comunión es real, pero espiritual. Esto quiere decir que no se trata de un mero símbolo, o de un ejercicio de devoción, sino que en la comunión hay una verdadera acción por parte de Dios en pro de la iglesia que participa de ella. Pero al mismo tiempo esto no quiere decir que el cuerpo de Cristo descienda del cielo ni que esté presente en varios altares al mismo tiempo, como pretendía Lutero. Lo que sucede es más bien que en el acto de la comunión, por el poder del Espíritu Santo, los creyentes son llevados al cielo, y participan con Cristo de un anticipo del banquete celestial. En 1536, Bucero, Luteros y otros llegaron a la Concordato de Wittenberg, un documento que lograba salvar las diferencias entre ambas posiciones. En 1549, Bucero, Calvino, los principales teólogos protestantes suizos, y varios otros del sur de Alemania, firmaron el Consenso de Zurich, otro documento semejante. Además, Lutero le había prestado buena acogida a la Institución de Calvino. Por tanto, las diferencias entre los diversos reformadores en lo que a la comunión se refería no parecían ser insalvables. Empero los seguidores de los grandes maestros estaban dispuestos a mostrarse más estrictos que ellos. En 1552 el luterano Joaquín Westphal publicó un ataque contra Calvino, donde decía que el calvinismo se estaba introduciendo subrepticiamente en los territorios luteranos, y se declaraba campeón de la posición de Lutero con respecto a la comunión. Lutero había muerto, y Melanchthon se negó a atacar a Calvino, como lo deseaba Westphal. Pero el resultado de todo esto fue el distanciamiento cada vez mayor entre quienes seguían a Lutero y quienes aceptaban el Consenso de Zurich, que a partir de 1580 recibieron el nombre de “reformados”. Por tanto, durante este primer período la marca característica de los “calvinistas” o “reformados” no era su doctrina de la predestinación, sino su opinión con respecto a la comunión. Sólo más tarde, según veremos en otra parte de esta historia, la doctrina de la predestinación vino a ser la característica distintiva del calvinismo. En vida de Lutero y de Calvino no podía ser así, pues ambos reformadores afirmaban la predestinación. En todo caso, debido en parte a la Academia de Ginebra, y en parte a la Institución de la religión cristiana, la influencia de Calvino pronto se hizo sentir en diversas partes de Europa, y a la postre surgieron varias iglesias —en Holanda, Escocia, Hungría, Francia, etc. — que seguían las doctrinas del reformador de Ginebra, y que se conocen como “reformadas” o “calvinistas”. Por último, antes de terminar este capítulo debemos mencionar que algunos historiadores y economistas han señalado la existencia de una relación entre el calvinismo y los orígenes del capitalismo. Algunos han tratado de probar que el calvinismo fue el espíritu propulsor del capitalismo. Pero lo más correcto parece ser que ambos movimientos comenzaban a cobrar impulso en la misma época, y que pronto se aliaron. Al seguir el curso del calvinismo en diversos países, veremos algo de esa alianza y de sus resultados.
Extraido de Historia del Cristianismo Tomo II
Justo L. Gonzales, pg. 35 - 39

Software gratuito para el estudio bíblico


En esta oportunidad describiremos y facilitaremos la descarga de lo que consideramos una herramienta necesaria para todo creyente, por naturaleza amante del estudio de las escrituras, que tenga un ordenador. Se trata de un software diseñado para el estudio bíblico.




Como vemos se trata de "THE WORD" (La Palabra), una herramienta diseñada por Costas Stergiou y lanzada en el año 2003. Inicialmente el programa consistía en permitir al usuario la lectura de la Biblia, sin embargo con el tiempo fue desarrollándose hasta convertirse en una potente herramienta para el estudio de la Biblia. Actualmente cuenta con más de 200,000 líneas de código equivalentes a 5 o 6 años de trabajo.

Con este desarrollo esta aplicación ofrece las versiones de la Biblia más cotizadas, diccionarios bíblicos completos, concordancias, libros, comentarios, etc. A parte de estas valiosas herramientas de las que dispone, este es un software muy liviano, fácil de descargar, gratuito y con un interfaz totalmente intiutiva y personalizable. Las referencias cruzadas, su motor de búsqueda, sus nuevos módulos híbridos y su versión 3.0 portable (esta requiere de una donación) hacen de THE WORD una excelente opción para el estudio bíblico y que no debe faltar en nuestro ordenador.

Si bien las herramientas de este software se han venido desarrollando originalmente en ingles, no han hecho falta creyentes que han colaborado y colaboran aún con el desarrollo de módulos en español. Al final de la entrada ofreceremos los sitios que ofrecen estos recursos. Sin embargo queremos hacer nuestro aporte facilitando la descarga de esta importante aplicación y a la vez ofreciendo los módulos que nosotros consideramos más indispensables para el estudio de las escrituras. Sin más preámbulo comencemos con la descarga e instalación de este programa.

El programa general

Como ya mencionamos este software consiste en módulos. Así que, lo primero que haremos sera descargar el programa general el cual viene originalmente en ingles, pero que en su ultima versión 4.0 a desarrollo la posibilidad de cambiarlo a español de forma nativa.
Este es el enlace de descarga directa del software:


Si vamos al sitio oficial encontraremos el enlace de la siguiente manera:









Una vez descargada la aplicación ejecutamos el archivo. Antes de comenzar a instalar nos pedirá que escojamos los módulos que deseamos instalar.


Como ya mencionamos estos módulos están en ingles, así que a menos que sepamos ingles, lo recomendable es no instalar estos módulos excepto dos:

  1. Textus Receptus Editio Regia Greek N.T....
  2. Webstminster Leningrad Codex.
Estos dos los instalaremos porque el primero es el texto original en griego del N.T. y el segundo el texto original en Hebreo del A.T.
Una vez elegidos estos dos módulos damos click en "Next".



Una vez finalizada la instalación damos click en Finish





Al dar click en Finish se nos abrirá el programa The Word con un saludo de bienvenida y una invitación para hacer un recorrido, todo en ingles. Damos click en "Cancel".




Lo que veremos entonces sera la interfas de The Word con los dos modulos que instalamos.


Como vemos todo esta en ingles. Esta ultima versión trae el lenguaje nativo en español (antes era necesario descargar otra interfas en español e instalarla encima). Para cambiar el idioma vamos al menú File.


Ahora nuestra interfas estará en español.


Los modulos

Ahora solo nos resta descargar los módulos en español. Nosotros recomendamos para comenzar los siguientes:
(todos son enlaces para descarga directa)

Biblias
Una vez descargados los archivos vamos a ejecutarlos uno por uno.


Usaremos como ejemplo La Biblia de las Américas. Ejecutamos el modulo para que se instale.


Damos clik en siguiente.


Damos clik en instalar, click en terminar. Así tendremos nuestra nueva versión de la Biblia instalada.



Antes de terminar, si vamos a instalarlos todos de una sola vez, quitamos la opción "Ejecutar The Word". Esto porque, si no lo quitamos, se abrirá una nueva interfas del programa cada vez que instalemos un modulo diferente.


Después de ejecutar todos los módulos abrimos The Word. Este nos avisara de todos los modulos nuevos detectados en varias ventanas, le damos si a todo.


Así de fácil ya podremos comenzar a hacer uso de esta valiosa herramienta.

Ofrecer un Software de alta calidad para ayudar a los creyentes en la enseñanza y la proclamación de la palabra de Dios de forma gratuita

Costas Stergious

Referencias:
  1. Sitio web oficial. The Word - En ingles.
  2. Biblioteca The Word, no oficial. Biblioteca The Word - En español.
  3. Recursos diversos para The Word, no oficial. Biblioteca The Word Español - En español (Visite con precaución)


Flavio Josefo

El historiador Flavio Josefo (35-100) es una de las fuentes más importantes para conocer la historia judía del Siglo I de la Era Cristiana, y nos provee material preciso para entender muchos de los acontecimientos mencionados en los escritos de los APOSTOLES. Nacido en el año primero del reinado de CALIGULA, en su autobiografía dice que proviene de una familia de la clase alta sacerdotal, recibió un esmeradísima educación con los mejores RABINOS de JERUSALEN. Sus inquietudes espirituales lo llevaron a indagar en las diversas escuelas o sectas en las que se dividía el judaísmo, estuvo tres años en el desierto bajo la dirección de un ermitaño llamado Banos y frecuento también las comunidades de los Esenios, concluyendo por adherirse a los FARISEOS. Político hábil, se ganó la confianza de las autoridades del TEMPLO, donde entro a trabajar, y en el año 64 lo enviaron a ROMA en una embajada destinada a lograr la liberación de unos sacerdotes encarcelados por el procurador Félix, el mismo que es mencionado en los HECHOS DE LOS APOSTOLES. Allí logro su cometido gracias a la amistad con la simpatizante Popea, mujer de NERON.
Flavio Josefo se adhirió a la causa de los romanos y el lector de sus obras puede ver bien claramente como en sus libros adula a los emperadores TITO y VESPECIANO. Cuando los judíos se levantaron en rebelión contra los romanos en el año 66, Flavio Josefo se unió a los rebeldes, para pasarse después al bando de los invasores, y se marchó a Roma juntamente con Tito después de la toma de Jerusalén por las tropas romanas en el año 70 d.C. Allí se le concedió la ciudadanía romana y tomo el nombre de Flavio en honora su protector, que era de la familia de los Flavio. En roma y en lengua griega, escribió sus cuatro obras: La guerra de los judíos, Las antigüedades, Contra Apión y su Vida, de la que publico en el año 100 una segunda edición.

Extraído de "Enciclopedia ilustrada de historia de la iglesia" Editorial Clie 1979.