Cómo interpretar correctamente la Biblia

INTRODUCCIÓN
¿Se ha preguntado alguna vez, cómo entender el significado correcto de lo que la Biblia dice? Hacerse esta pregunta es de suma importancia para la iglesia, sobre todo en nuestros días en los que existen tantas interpretaciones distintas del contenido de las escrituras, todas declarando ser la interpretación correcta y verdadera. No han sido pocos los que han intentado responder esta pregunta a lo largo de la historia. Muchos lo han hecho bien, pero muchos otros lo han hecho mal. La pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo lo estamos haciendo nosotros?
Dada la importancia y trascendencia del tema, a continuación buscaremos familiarizarnos con los conceptos básicos que nos permitirán entender de forma panorámica qué es lo que se requiere para llegar al entendimiento correcto de la Biblia.

CONCEPTOS BÁSICOS

Son tres los elementos, materias o ramas, que resumen todo el que hacer teológico en la vida de un creyente. Estos tres elementos son: la exégesis, la hermenéutica y la homilética. Del ejercicio de estas tres áreas del estudio bíblico depende la interpretación de las escrituras.
La importancia de estas tres materias radica en el hecho de que constituyen el trato más adecuado hacia la Biblia, Palabra de Dios. José Martínez escribe: “la solides del pensamiento cristiano y la vida misma de la iglesia depende del lugar otorgado en ellos a la Biblia y del modo de examinar sus textos.”1
De manera que, el propósito de estas materias, es obtener de manera efectiva el significado correcto de la Biblia. H. I. Kraus también nos dice que “todas las perspectivas de éxito de la teología y de la iglesia se hallan en la Biblia, si se consigue que los textos del Antiguo Testamento vuelvan a hablar en su unidad y fuerza de expresión original.”2
Una importante cuestión, antes de continuar, es definir el orden adecuado para la consideración de estas materias. Es decir, determinar por cuál materia comenzar y cuál debería ser el orden consecuente de las demás. Para lograrlo necesitamos definirlas y establecer así la forma en que se relacionan. De acuerdo con su significado el orden de estudio para estas materias debería ser el siguiente:

LA HERMENÉUTICA
El término hermenéutica proviene del griego hermeneuo que significa interpretar. Bajo este concepto se establece que la necesidad principal en cuanto a las escrituras es interpretarlas.
La hermenéutica, como tal, no es una materia exclusiva del estudio de la Biblia. El término griego se relaciona con el dios mitológico llamado Hermes (Mercurio era el equivalente romano). Este era el mensajero de los dioses. Es decir que el dios Hermes tomaba los oráculos (revelaciones divinas) y los comunicaba a los humanos. Hay en este concepto un sentido mediático al hablar de este dios, puesto que debía conocer tanto el lenguaje de los dioses como el de los hombres. Así el trabajo del dios mitológico era el de comunicar, ya fuera traduciendo o explicando, los oráculos divinos. Por esto se le atribuía a Hermes la creación del lenguaje y de los métodos de interpretación. En las Escrituras tenemos una clara referencia a este pensamiento mítico en el libro de los Hechos (14:12), en el que al apóstol Pablo se le identifica con Mercurio (Hermes) porque era él quien “llevaba la palabra”.
Luis Berkhof nos dice que “Debemos distinguir entre la hermenéutica general y la especial. La primera se refiere a la interpretación de toda clase de escritos; la última a cierta clase definida de producciones literarias…” y que es la HERMENEUTICA SACRA la que “posee un carácter muy especial, porque tiene que ver… con la Biblia…”3. De manera que, son tres los niveles que podemos diferenciar dentro de la hermenéutica. El primero es el de la hermenéutica general, que tiene que ver con todas las obras literarias (Homero, Platón, etc.); el segundo nivel es el de la hermenéutica especial, que es el que se aplica a determinados géneros literarios (Épica, Narrativa, Filosófica, etc.); y finalmente la hermenéutica sacra, que es la que se aplica al contenido de las Escrituras.
Aplicada a los textos sagrados, la hermenéutica tiene entonces el propósito de proveer LOS PRINCIPIOS necesarios que deben aplicarse para la correcta interpretación de la Biblia. Este concepto de hermenéutica comenzó a utilizarse en la Edad Media, en el siglo XVIII, cuando la teología era considerada como la ciencia más alta y las escrituras eran el texto de estudio más importante.


LA EXÉGESIS
La exégesis está estrechamente relacionada con la hermenéutica e incluso el termino exégesis es utilizado como sinónimo de hermenéutica. El termino se traduce del gr. exegeomai y significa literalmente sacar fuera. Al igual que en la hermenéutica el propósito de la exegesis es extraer, o sacar fuera, el significado correcto de los textos bíblicos. Para lograrlo es necesario seguir las normas o principios que la hermenéutica nos provee previamente. Se puede decir, por tanto, que la hermenéutica es la teoría y que la exégesis es la práctica.
Básicamente la exégesis nos conduce a interactuar directamente con el texto bíblico, de tal manera que podamos leerlo dándole su sentido correcto. Esto a su vez tiene varias implicaciones, que trataremos en detalle más adelante (en próximas entradas), pero que podemos resumir a groso modo en dos puntos. 1) El estudio exegético implica primero un análisis del texto en su correcto CONTEXTO LITERARIO. 2) Segundo, el estudio exegético, implica una interpretación del texto en su correcto CONTEXTO HISTORICO.

LA HOMILÉTICA
Si la Hermenéutica es la teoría y la exégesis la práctica, la homilética vendría a ser la transmisión de los resultados. Aquí es donde entran temas tan importantes y trascendentes para la iglesia como la predicación publica, el discipulado y el evangelismo personal. Todas estas tareas tienen que ver con la transmisión del contenido de las escrituras de manera efectiva y verdadera.
El termino homilética, al igual que los anteriores, proviene del griego (homiletikós) y significa conversar. El significado de este término se emplea en repetidas ocasiones en el nuevo testamento (Jn.1:38; Lc.24:27; 1Cor.12:30 por ejemplo). Con el paso del tiempo el término ha pasado a significar instrucción verbal. Técnicamente,  hoy la homilética es el arte de escribir y predicar sermones. Más allá de la técnica, es decir el mero hecho de escribir sermones, la homilética es el paso final en la búsqueda del significado correcto de las Escrituras. El estudio bíblico busca entender la voluntad de Dios para poder así actuar en consecuencia. En este sentido el propósito de la homilética es el de traer el significado del texto a nuestra vida y a la vida de quienes nos rodean. Como bien lo escribe Orozco, en la homilética “Los principios bíblicos deben ser claramente proclamados de manera que habiendo sido internalizados en el proclamador lo sean en los oyentes.”4
No se predica hermenéutica y no se predica exégesis. Es necesario que el material provisto por estas dos materias sea procesado para que pueda ser debidamente comunicado, tanto a nuestras vidas como a la vida de los demás.

RELACIÓN ENTRE LAS DISCIPLINAS

Tan importante como su orden es la relación que guardan estas materias entre sí. Francisco Orozco la estable de las siguiente manera: “Explicamos lenguaje, gramática y sintaxis (exégesis) aplicando las reglas bíblicas de interpretación (hermenéutica) y esto forma la sustancia que ha de ser proclamada y predicada (homilética).”5

El OBJETIVO: LA INTERPRETACIÓN
El punto en común que tienen estas materias es que todas forman parte del proceso que nos lleva al significado correcto de los textos de la Biblia. La tarea de interpretar las Escrituras no es opcional para el creyente. Todos somos intérpretes de la Biblia. La pregunta es ¿Qué clase de intérpretes somos? ¿Estamos realizando nuestra tarea de manera correcta, conforme a lo dicho: “como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2Tim. 2:15)?
Es la importancia y trascendencia de una correcta interpretación de la Biblia la que debe motivarnos a considerar estas materias. Como ya lo hemos señalado, no han sido pocos los que han intentado buscar la manera de entender correctamente las Escrituras. De este ejército de testigos muchos han sucumbido al error, pero también muchos han encontrado la luz de la Verdad y nos han legado los resultados de su experiencia. Ante esta constante en la historia debemos adoptar la actitud de los creyentes en Berea (Hch.17:11).
La nobleza bereana consistía en el conocimiento de las escrituras, el cual les permitió entender que la predicación apostólica era verdadera y por ello confiable. Los bereanos no se conformaron con escuchar las enseñanzas de los apóstoles, sino que además se preocuparon por confírmalas, al hacer una comparación de estas con las Escrituras.

CIENCIA Y ARTE
Las tres materias tienen una doble connotación, la de ciencia y de arte. Se les considera ciencia porque se someten a principios y normas. Al decir que son arte, significa que no basta con saber las reglas, es necesario aprender a aplicarlas y, a su vez, eso requiere de práctica. Al aplicar los principios hermenéuticos, es decir al hacer exégesis, corremos el riesgo de hacerlo mal. Es así como la interpretación correcta se logra mediante un ejercicio constante y ordenado de estas materias.
Si comenzáramos, por ejemplo, con la homilética (es decir con la búsqueda de la aplicación del texto a la época actual) correríamos el riesgo de imponer al texto nuestras propias ideas al no haber confirmado primero que nuestro entendimiento de texto es el correcto. Así, en lugar de exégesis (extraer o sacar fuera), estaríamos haciendo eisegesis (traer o importar). En lugar de extraer el significado del texto estaríamos importando al mismo nuestras propias ideas. La homilética solo puede construirse mediante el material provisto por una exégesis realizada previa y correctamente. De manera que al ser una ciencia,  significa que podemos estar seguros de hacerlo correctamente; y al ser un arte, nos previene de confiar tan solo en nuestros propios criterios.

RELACIÓN CON OTRAS MATERIAS

La tarea de interpretar las escrituras está antecedida por tres materias especializadas que se relacionan con la formación de las Escrituras, y está precedida por una materia que se relaciona con la presentación de los resultados.

CANÓNICA
Las tres materias que nos ocupan están construidas sobre una presuposición esencial y es que la Biblia es PALABRA DE DIOS. El termino Canon (gr. Kanon) significa “regla” o “caña”. El término se usa para señalar un objeto que sirve como medida. El término es usado por el apóstol Pablo en Gal.6:16 para referirse a las escrituras.
La canónica es pues la materia que se ocupa de la formación de los libros de la Biblia, de la lista de los libros oficiales, considerándolos como la NORMA de fe y AUTORIDAD de la iglesia. El término comenzó a usarse en este sentido en el siglo IV, en el periodo conocido como Patrístico.
La relación de esta materia con la interpretación de las escrituras es que la canoníca se basa en el concepto exegético de INSPIRACIÓN. En este sentido, como lo escribe Orozco, “Exégesis y Exposición… requieren Canónica y sostienen Canónica”6

CRITICA TEXTUAL
La critica textual trata con los manuscritos más antiguos de las Escrituras, los cuales fueron preservados mediante la transcripción, es decir copias hechas a mano de los originales. Esto hace que, hoy en día, no nos sea posible poseer los manuscritos originales en el sentido estricto de la palabra. La cuestión sería entonces, cómo saber si esas copias, que tenían el propósito de preservar los escritos originales, están realmente bien preservadas. Más aun, responde a la cuestión de cómo sabemos si nuestras copias de la Biblia son realmente fieles a estos manuscritos.
La crítica textual, entonces, se ocupa de precisar el texto original mediante la comparación de los manuscritos más antiguos que se poseen de las Escrituras. El material que dicha investigación especializada provee resulta de suma importancia para la interpretación correcta de la Biblia. En este sentido, la hermenéutica y la exégesis, dependen en gran medida de esta materia.

ALTA CRÍTICA
Tan importante como la critica textual es la crítica histórica. Conocida también como alta critica, esta materia se especializa en el marco histórico que hay detrás de los textos sagrados. Tomando en cuenta que el impacto de las palabras está siempre condicionado por las circunstancias históricas que rodean tanto al emisor como al receptor, al hablar de los textos bíblicos, es necesario que EL LECTOR (receptor) sea capaz de apreciar el impacto de lo que el ESCRITOR (emisor) estaba diciendo en SU TIEMPO.
La critica histórica busca, entonces, trasladar la mente del lector hacia la del escritor. Esto a través de un estudio de la paternidad literaria de los libros (quien lo escribió), las circunstancias históricas (porque se escribió), etc. En síntesis, como Berkhof lo escribe, el lector “debe reconstruir el mundo del autor. Para esto tendrá que informarse respecto a los accidentes físicos del país donde los libros fueron escritos, y sobre el carácter, historia, costumbres, moral y religión del pueblo entre quienes o para quienes fueron escritos.”7
Son estas tres materias las que preceden al estudio de la hermenéutica, exégesis y homilética. La información provista por la crítica bíblica8 es la base para las tres materias que estamos considerando. Henry Virkler afirma que “Sólo después del estudio de la canonicidad, la crítica textual y la crítica histórica, el erudito está listo para hacer exégesis”9.
Veamos ahora una materia más, que precede a la interpretación, y que se refiere a la presentación de los resultados. De hecho podemos decir que esta materia tiene que ver con la organización de la información bíblica.

TEOLOGIA
El termino Teología proviene de dos términos griegos, theos-Dios y logos-tratado ó discurso. El concepto tiene dos sentidos, un sentido limitado y un sentido amplio. En sentido limitado la teología se refiere a la doctrina propia de Dios. En sentido amplio la teología abarca los aspectos que determinan la relación que Dios tiene con el universo.
De esta manera la teología, en sus diferentes divisiones, busca presentar el contenido de las escrituras de manera sistemática. Esta necesidad de sistematizar las doctrinas de la Escritura ha estado presente en la iglesia casi desde su comienzo. Se sabe que el primer intento por sistematizar las doctrinas bíblicas lo hizo Orígenes a principios del siglo III en su obra titulada "Acerca de los primeros principios". En este tratado Orígenes presenta las doctrinas esenciales que van desde Dios (teología propia) hasta los últimos tiempos (escatología).
Una vez más, para ser bíblica, la teología debe estar basada en el trabajo previo de la interpretación de los textos sagrados. Como lo escribe Hodge la “teóloga es la exhibición de los hechos de la escritura en su orden y relación apropiados, con los principios o verdades generales involucrados en los mismos hechos, y que impregnan y armonizan el todo.”10
De acuerdo al método que se utilice para verter el contenido de las escrituras en él, la teología suele tener las siguientes grandes divisiones:
•    Teología bíblica.
•    Teología histórica.
•    Teología práctica o ética.
•    Teología dogmatica.
•    Teología sistemática, entre otras.

CONCLUSIÓN
El estudio bíblico tiene diversas esferas de estudio. Todas estas esferas tienen en su conjunto el mismo objetivo, el de interpretar correctamente las Escrituras. La hermenéutica nos provee los principios y normas para llegar al significado correcto de los textos sagrados. La exégesis por su parte nos conduce a la aplicación de los principios hermenéuticos y la homilética nos prepara para dar testimonio de la Palabra de Dios.
La necesidad e importancia de una sana interpretación de las Escrituras ha sido, como lo es hoy, una constante en la historia de la iglesia. El valor de esta constante es tal que los eruditos, que más se han familiarizado con el tema, afirman que la historia de la iglesia es “la historia de la interpretación de la Sagrada Escritura”11.
El entendimiento de los conceptos que hemos considerado nos brinda una idea general de lo que esta importante búsqueda implica. Desde la canónica hasta la construcción de la teología, el proceso que nos lleva a una interpretación correcta de las Escrituras, puede encontrarse en la historia de la iglesia. Conviene pues que el estudiante fiel y serio de la Palabra de Dios no solo los considere de manera general como lo hemos hecho, sino que además profundice en ellos hasta el punto en que pueda aplicarlos a su vida personal de estudio.
La historia no solo es un testigo importante del valor de una correcta interpretación de las escrituras, sino que además nos permite profundizar en el entendimiento de los conceptos que acabamos de considerar. Por esta razón, en nuestra próxima entrada, haremos una reseña histórica de la interpretación de las Escrituras. Descubriremos cuándo y por qué nace la necesidad de interpretar y cómo han venido desarrollándose los medios para suplir esta necesidad.


BOSQUEJO

INTRODUCCIÓN
I.    CONCEPTOS BÁSICOS.
A.    Hermenéutica.
B.    Exégesis.
C.    Homilética.

II.    RELACIÓN ENTRE LAS DISCIPLINAS.
A.    El objetivo: La interpretación.
B.    Ciencia y Arte.

III.    RELACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS.
A.    Canónica.
B.    Critica Textual.
C.    Critica Histórica.
D.    Teología.
CONCLUSIÓN

NOTAS

1 Martínez, José M. Hermenéutica Bíblica. Galvani 113 TERRASA (Barcelona): Libros CLIE, 1984. Pág.15. Énfasis añadido.

2 Citado por José M. Martínez. Hermenéutica Bíblica. Pág.15. Énfasis añadido.

3 Berkhof, Luís. Principios de Interpretación Bíblica. Grand Rapids, Michigan: Libros Desafio, 1950. Pag.2

4 Orozco, Francisco. Exégesis y Exposición. Diciembre 2005. Pag.102. Énfasis añadido.

5 Orozco, Francisco. Exégesis y Exposición. Pág.2

6 Orozco, Francisco. Exégesis y Exposición. Pág.1

7 Berkhof, Luís. Principios de Interpretación Bíblica. Pag.55

8 La “critica bíblica” a la que nos referimos no debe confundirse con el método liberal de interpretación. Este último presupone que la Biblia contiene errores.

9 Virkler, A. Henry. Hermenéutica. Deerfield, Florida: Editorial Vida, 1981. Pág.15

10. Hodge, Charles. Teología Sistemática, volumen 1. Galvani 113 08224 TERRASSA (Barcelona) España: Editorial CLIE, 1991. Pág.35

11. Ebeling, Gerard. Citado por José M. Martínez. Hermenéutica Bíblica. Pág.15

BIBLIOLOGÍA

1. Fee, Gordon D. La Lectura Eficaz de la Biblia. Miami, Florida: Editorial Vida, 1981.

2. Berkhof, Luís. Principios de Interpretación Bíblica. Grand Rapids, Michigan: Libros Desafio, 1950.

3. Virkler, A. Henry. Hermenéutica. Deerfield, Florida: Editorial Vida, 1981.

4. Camargo, G. Baéz. Breve Historia del Canon Bíblico. Ediciones “Luminar”, 1980.

5. Martínez, José M. Hermenéutica Bíblica. Galvani 113 TERRASA (Barcelona): Libros CLIE, 1984.

6. Orozco, Francisco. Exégesis y Exposición. Diciembre 2005.

7. Vila, Escuain. Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Galvani 113 08224 TERRASA (Barcelona): Libros CLIE, 1985.

8. Lacueva, Francisco. Diccionario Teológico Ilustrado. Galvani 113 18224 TERRASA (Barcelona)  España: Editorial CLIE, 2001.

9. Richardson, Stanton W. Manual de Teología Bíblica. Galvani 113 08224 TERRASA (Barcelona): Editorial CLIE, 1998.

10. Chafer, Lewis Sperry. Teología Sistemática, volumen 1. Publicaciones Españolas, 1986.

11. Ryrie, Charles. Teología Básica. Miami, FL U.S.A. Editorial Unilit, 1993.

12 Hodge, Charles. Teología Sistemática, volumen 1. Galvani 113 08224 TERRASA (Barcelona) España: Editorial CLIE, 1991.