El Espíritu Santo (PDF)

Bien pudiera ser que el motivo de la decadencia en la iglesia moderna de nuestros días sea el descuido en cuanto a la persona del Espíritu Santo. En él radica el éxito del cuerpo de Cristo, su poder es el que mueve el corazón de los incrédulos al arrepentimiento. Es él quien mantiene las palabras de Cristo vivas y bien preservadas en las escrituras. Fue él quien inspiro a los santos hombres de Dios para que escribieran su palabra sin exponerla al yerro humano.

Sin importar cuál sea el punto doctrinal que estemos tratando es del Espíritu Santo de quien dependemos para no fracasar en nuestro entendimiento. La santidad que Dios demanda del hombre sin la cual ninguno podrá verle proviene del Espíritu. Es él quien intercede por nosotros en nuestras débiles oraciones.
Es así como la doctrina del Espíritu Santo resulta en cualquier instancia la más importante y constante en el entendimiento de la Iglesia.

Por ello hoy compartimos este libro que sin duda serán un desafío para nuestras vidas en la profundización no solo en cuanto a conocimiento, sino más importante aún, de nuestra relación personal con el Espíritu Santo.

Puedes leer y descargar aquí mismo este libro.

La transfiguración de Jesús

Por: Roberto Estévez
Marcos 9:2; Lucas 9:28; Mateo 17:1-13
La porción de la Escritura que encontramos en Mateo 17 se llama comúnmente la transfiguración. Yo creo que en un sentido el termino podría confundirnos si pensáramos que en ese monte Jesucristo se transforma en algo espectacular, que no es lo normal para él, o que fuera ajeno a su persona. Por el contrario en el monte de la transfiguración los discípulos ven al Señor con la gloria que él tiene en forma normal y habitual. Desde la eternidad sin fin él ha estado con su Padre, como se revela en Juan 17:5 “Ahora pues, Padre, glorifícame tu en tu misma presencia, con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo”.

Es importante destacar que solo tres discípulos vieron esta manifestación de la gloria del Señor Jesús. ¡Cuánto necesitamos todos tener un percepción espiritual del Señor Jesucristo glorificado! Todos hemos sido expuestos al niño Jesús en el pesebre, o al Salvador muriendo en la cruz; ¡pero cuan necesario es que le veamos tal como él está hoy: glorificado!

Queremos recalcar que el propósito de subir al monte de la transfiguración no era hacer un acto espectacular, teatral, “hollywoodense” para impresionar a los discípulos. La razón por la cual consideramos este episodio en el estudio de los milagros, es porque hay por lo menos cinco fenómenos que podríamos llamar sobrenaturales o por lo menos, no habituales. En primer lugar, el rostro de Jesucristo resplandece como el sol.

En segundo lugar, los vestidos del Mesías se tornan blancos como la luz o tan blancos que ningún lavador los puede hacer tan blancos.

En tercer lugar, aparecen dos personajes importantísimos del Antiguo Testamento: Moisés representando la ley, y Elías representando a los profetas. Ellos están ahora hablando con Jesús, a pesar de haber muerto cientos de años atrás.

En cuarto lugar, apareció una nube muy especial. Si ese día no había nubes, fue una gran sorpresa, y si las había, esta nube se movía de una manera diferente a las otras nubes. Esto de por sí es un fenómeno que sin ninguna duda nos daría mucho que pensar. A veces durante tormentas hemos visto nubes que se mueven en direcciones distintas debido a dos corrientes de aire. Pero esta nube se mueve como si tuviera un control remoto. Las nubes cuando hay luz producen sombra. Normalmente cuando hablamos de la sombra pensamos en Ia sombra de la luz y del calor del sol.

Pienso que tendríamos que considerar aquí que la sombra se refiere a la que se produce por la gran luz que viene del Señor Jesucristo. Alguien me diría: “Y cómo sabe usted que la sombra no se refiere a la sombra del sol?”. Bueno, en primer lugar creemos que es muy probable que esto haya sucedido durante la noche. El Señor Jesús acostumbraba subir al monte a orar de noche. Las actividades del día le hubieran impedido subir. El hecho de que los discípulos tenían mucho sueño y luchaban para no dormirse, nos sugiere otra vez que esto sería algo durante las horas en que normal mente ellos estarían descansando.

El quinto prodigio es que se oye una voz de la nube que dice: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. A él oíd” (Mat. 17:5).

Ei sexto elemento, quizás en un sentido no tan impresionante, pero sin embargo muy importante, es que hay una conversación entre los tres en la que se habla del tema de su salida, Ia cual había de cumplir en Jerusalén.
Están hablando sobre su salida o éxodo, es decir, su muerte por crucifixión. Dos de los personajes más importantes del Antiguo Testamento están interesados en lo que le va a suceder en el futuro inmediato a Jesús de Nazaret.
Sigamos el relato del capítulo 9 de Lucas. En el versículo 28 leemos: “Aconteció, como ocho días después de estas palabras, que tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar”. Nos preguntamos: ¿por qué esos nueve discípulos se quedaron abajo? Los que subieron tuvieron una clase sobre las glorias y excelencias del Señor Jesucristo. Los nueve que se quedaron van a tratar inútilmente de curar al joven lunático con Ia consecuencia de un fracaso completo. Aquellos tres son los mismos que son elegidos cuando él va a resucitar a la hija de Jairo y son los mismos que luego llevaría a estar con él en el huerto de Getsemaní.

Uno piensa que Ia razón por la que ci Señor Jesús escoge a estos y no a los otros es que de alguna manera Pedro, Jacobo y Juan tienen un discernimiento espiritual mayor. Quizás tienen un deseo más intenso de estar con el Salvador. Podría ser posible que eligiera a estos tres porque tenían una sensibilidad espiritual más re1nada. Sin duda Jesús, que sabe todo lo que hay en el corazón del hombre, no iba a permitir que Judas Iscariote lo viera en su gloria. Esto hubiera sido como echarle perlas a los puercos. Si tú o yo hubiéramos estado allí en aquel momento, ¿hubiéramos sido de aquellos que estaban dispuestos a subir al monte?

Quizás yo hubiera dicho: “Señor, estoy cansado porque el día fue largo y no tengo ganas de subir al monte”. Pude haber argumentado que desde abajo se podía orar tan bien como de arriba en el monte. Yo me imagino que en muchas iglesias donde Ia palabra del Señor se predica con fidelidad, debe haber algunos que quieren subir al monte de Ia instrucción para ser enseñados por el Señor Jesús. Me imagino que hay hermanos y hermanas que quieren profundizar en las verdades de Ia oración del Señor Jesús con su Padre en Juan 17, y que hay creyentes que quieren ver algo más de Ia gloria que le pertenece a aquel que dijo: “Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo” (Juan 17:24).

Lucas 9:29 nos dice: “Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y sus vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes”. Su rostro resplandeció como el sol.

¡Qué hermoso es el rostro de aquel a quien nunca hemos visto y amamos! Cuando tenemos alguien que nos quiere mucho amamos ese rostro, no porque sea especialmente bonito sino porque sabemos que en ese rostro hay sentimientos de amor hacia nosotros. Por eso tenemos ese dicho que expresa que para las madres todos los hijos son lindos (ver Isa. 52:14; Juan 1:14).

Volvamos a Lucas 9:29: “Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y sus vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes”. Mateo 17 nos da el detalle que su cara resplandeció como el sol. Es decir, Ia apariencia de su cara era tan luminosa que era similar a Ia del sol. Por supuesto que el sol es el astro que produce sobre Ia tierra Ia mayor cantidad de luz que podemos imaginar. Nosotros con una lámpara eléctrica a veces podemos iluminar 20, 50 o cien metros. Pero el sol ilumina miles y millones de  intensidad que nosotros no podemos igualar. Nos podríamos preguntar por qué el rostro del Señor Jesucristo está resplandeciendo como el sol, y la respuesta no es que Dios quiera que su Hijo muestre un aspecto de tipo teatral fantástico. ¡De ninguna manera! El rostro del Señor Jesús como el sol expresa algo de su gloria inescudriñable e impenetrable.

Su cara no brilla un poco menos que el sol sino como el sol cuando resplandece en su fuerza. Los discípulos tienen una visión de Jesucristo con la gloria que le pertenece como el eterno Hijo de Dios.

En Juan 17:24 vemos algo sobre Ia gloria del Señor Jesús y su deseo de compartirla con los creyentes. Allí leemos: “Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo” (ver “gloria” en Rom. 8:16-18; Ef. 3:20-21; Col. 1:27; 2 Ped.1:16-18; Apoc. 1:5-6; 5:11-13).

En Marcos 9:3 leemos: “Sus vestiduras se hicieron resplandecientes, muy blancas, tanto que ningún lavandero en Ia tierra las puede dejar tan blancas”. Marcos tiene dificultad en poder expresar cómo son esas vestiduras. Primero, nos dice que son resplandecientes; luego nos hace una comparación inesperada al decir “muy blancas, tanto que ningún lavandero en Ia tierra las puede dejar tan blancas”. Creo que nos quiere decir: “No he visto algo tan blanco en mi vida!”.

Cuando vamos a comprar pintura para pintar una pared, nos sorprendemos al ver cuántos tipos y matices del color blanco hay. Pero aquí hay un blanco que es como Ia nieve, absolutamente blanco. Creo que esto nos habla de esa pureza y santidad absolutas del Señor Jesucristo. Es una pureza que no permite absolutamente nada que Ia contamine o que le saque algo de su virtud.

Y agrega el evangelio que se les apareció Elias con Moisés que hablaban con Jesús. Lucas añade: “quienes aparecieron en gloria” (9:31). Elías, representando a los profetas y Moisés representando Ia ley.

El tema que discutían era Ia partida (éxodo) que cumpliría en Jerusalén. Este era un tema de gran importancia, y que seguramente incluía la muerte redentora de Jesús más Ia resurrección y ascensión.

Pedro, como siempre, está entusiasmado por lo que acaba de ver. No sólo el aspecto de su maestro es extraordinario, sino también ve a dos personas muy importantes de la historia de Israel. Observemos que Moisés y Elías tienen algo en común que es interesante y es que no hay un sepulcro de ninguno de ellos. Moisés murió y el cuerpo lo escondió Dios y leemos que hubo una contienda sobre ese cuerpo. En Judas 9 leemos: Pero ni aun el arcángel Miguel, cuando contendía disputando con el diablo sobre el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar un juicio de maldición contra él, sino que dijo: ‘El Señor te reprenda”. EI cuerpo de Elías tampoco fue sepultado porque la Biblia nos dice que subió al cielo en un carro de fuego.

Creemos que Moisés es simbólico de los creyentes que van a morir y ser enterrados esperando la venida del Señor Jesús en las nubes como lo enseña 1 Tesalonicenses en el capítulo cuatro. Elías simboliza a los creyentes que van a ser arrebatados para recibir al Señor en el aire y que no van a pasar por las puertas de la muerte.

J. Sidlow Baxter en su devocional Awake my Heart (“Despierta mi corazón”) nos dice: “1) La aparición de Moisés y Elías es una demostración con una prueba de que hay vida después de la muerte, pues allí aparecen y están vivos. 2) Moisés y Elias aparecen como individuos. No hay nada como un “nirvana” o la autoextinción en lo infinito. 3) Aparecen como personalidades en continuidad. Moisés es todavía Moisés y Elías es todavía Elías”.

Marcos 9:5 nos dice: “Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: ‘Rabí, es bueno que nosotros estemos aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Pedro está pensando: “¡Cómo nos gusta este espectáculo! ¡Qué agradable y placentero estar aquí en el monte nada menos que con nuestro Maestro, Moisés y Elías!”. En Marcos 8:31-33 leemos que Pedro no quería que Jesús padeciera. Ahora Pedro ve Ia posibilidad de evitar lo que parece ser una tragedia, según lo que el Señor Jesús le ha dicho. “Si nos quedamos arriba en el monte todo va a estar bien. Quién se va a atrever a venir aquí a discutir con el profeta Elías, el que mandó que cayera fuego del cielo y mató a los impíos que venían a arrestarlo? Y quién se iba a atrever a discutir con Moisés?”.

Marcos 9:6 nos dice: “Pues él no sabía qué decir, porque tuvieron miedo”. ¡Cuántas veces nosotros no hacemos lo mismo! Hablamos sin saberlo que decimos. O hablamos lo que tiene sentido del punto de vista humano pero no necesariamente del punto de vista de Dios.

Versículo 7: “Vino una nube haciéndoles sombra, y desde la nube una voz decía: ‘Este es mi hijo amado; a él oíd”. Esta nube es muy especial. Viene y les hace sombra. En Lucas 9:34 leemos: “Mientras él [Pedro] estaba diciendo esto, vino una nube y les hizo sombra. Y ellos tuvieron temor cuando entraron en Ia nube”. Algunos han identificado esta nube con la Shekinah o la nube de gloria a la que se hace referencia en el Antiguo Testamento.

Decíamos antes que nos inclinábamos a pensar que era de noche cuando ia transfiguración sucedió. En el caso que el cielo no estuviera enteramente despejado y hubiera otras nubes, sería interesante ver a esta nube que parece que tiene un control remoto y que se mueve de forma distinta que ias otras. Se mueve hasta ponerse en una posición de hacer sombra. Dios apareció en el Antiguo Testamento con relación a una nube en Éxodo 19:9: “Jehovah dijo a Moisés: ‘He aquí, yo vendrá a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo y te crea para siempre...” (Ver también 1 Rey. 18:44).

En cuanto a Moisés y Elías, parecería que cuando desaparecen lo hacen de una manera súbita. Marcos 9:8 nos dice: “de inmediato, mirando alrededor, ya no vieron a nadie más con ellos, sino sólo a Jesús”.

Observen que Ia nube les hizo sombra. ¿Sombra de qué, si era, como creemos, de noche? Matthew Henry piensa que les hizo sombra en el sentido que actuó como una especie de filtro para disminuir el resplandor formidable que les lastimaría los ojos, y agrega: “esta nube era para sus ojos como las parábolas para nuestro entendimiento; para proyectar cosas espirituales pero sensibles que ellos pudieran soportarlas”. En Marcos 9:7 vimos que “Vino una nube haciéndoles sombra, y desde la nube una voz decía: ‘Este es mi hijo amado; a él oíd”. Por supuesto era la voz de Dios.

Cuando el Señor habla su voz puede llegarnos de distintas maneras. Moisés escuchó Ia voz de Dios y lo tenemos descrito en Éxodo 19:17-19. Aquí la comparación nos sugiere algo de gran intensidad que va creciendo en volumen. “Moisés hizo salir al pueblo del campamento al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinal humeaba, porque Jehovah había descendido sobre él en medio de fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera. Mientras el sonido de la corneta se intensificaba en extremo, Moisés hablaba, y Dios le respondía con truenos” (ver Job 38:1-4; 1 Rey.19:9-13; Sal. 28:3-5; Juan 7:37-39).

¡Cuánto nos gustaría conocer los detalles de la conversación en el monte de la transfiguración! Las Escrituras nos dicen en Lucas 9:31 que Moisés y Elias aparecieron en gloria y hablaban de la partida del Señor, la cual había de cumplir en Jerusalén. Notamos que la palabra aquí en griego es doxa, que en general se traduce “gloria”. Es decir, Moisés y Elías aparecieron no ya más como aquellos hombres que sufrieron grandes dificultades y también obtuvieron grandes triunfos; ahora aparecen en gloria. Hablan de su salida en Jerusalén. Esta palabra se utiliza sólo tres veces en el Nuevo Testamento y es Ia palabra éxodos de donde sacamos el nombre del segundo libro de Ia Biblia. La vemos también en Hebreos 11:22 y 2 Pedro 1:15. Miremos ahora los versículos que siguen: “Porque os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas artificiosas, sino porque fuimos testigos oculares de su majestad.

Porque al recibir de parre de Dios Padre honra  gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: O Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia’. Y nosotros oímos esta voz dirigida desde el cielo cuando estábamos con él en el monte santo” (w. 16-18).

¡Cómo necesitamos en el día de hoy los creyentes percibir en nuestros corazones algo más de Ia gloria y majestad del Señor Jesucristo!


Temas para predicadores
¿Sería yo uno de los elegidos para subir al monte?
Viendo Ia gloria del Señor.
"Este es mi Hijo amado, a él oíd"
Hablando sin saber lo que se dice.
El desafío de bajar del monte a la realidad.

Extraido de: Un médico examina los milagros de Jesús
Editorial Mundo Hispano 2007 (Pág.213-219)

16 Maneras de Encontrar una Esposa, Según la Biblia

Valiant For Truth

Como pastor, a lo largo de los años he hecho mi justa contribución a las personas que se me acercan para averiguar si nosotros somos una iglesia “noviazgo” ó una iglesia de “citas”. La gente siempre me decía que su enfoque era “la manera bíblica.” Finalmente me he vuelto receloso de tales afirmaciones, dado que la Biblia no dice mucho acerca de cómo encontrar una esposa, ¿o no? Tal vez ya haya visto esta lista flotando alrededor de la World-Wide-Web, pero vale la pena revisar, ya que establece un punto muy importante. Así que aquí están, 16 maneras de encontrar una esposa, según la Biblia: 


1) Busque una prisionera de guerra atractiva, llévela a casa, aféitele la cabeza, córtele las uñas, y déle ropa nueva. Entonces es suya. (Deuteronomio 21:11-13).

2) “eche mano de” una virgen que no esté comprometida con otro hombre, y “conózcala”, pero después pague a su padre una suma de dinero. Entonces es suya. (Deuteronomio 22:28-29).

3) Busque una prostituta y cásese con ella. (Oseas 1:1-3).

4) Encuentre a un hombre con siete hijas, e impresiónelo dándole agua a su rebaño -. Moisés (Ex. 2:16-21).

5) Compre un pedazo de propiedad, y tome una mujer como parte del acuerdo -. Booz (Rut 4:5-10).

6) Vaya a una fiesta y escóndase. Cuando las mujeres salgan a bailar, tome una y llévesela para ser su esposa -. Benjamitas (Jueces 21:19-25).

7) ¿Ha creado Dios una esposa para usted mientras usted duerme? Nota: esto le costará una costilla – Adán (Génesis 2:19-24). 

8) Acuerde trabajar siete años a cambio de la mano de una mujer en matrimonio. Cuando despierte cásese con la mujer equivocada. A continuación, trabaje otros siete años por la mujer que quería casarse en el primer lugar. Eso es correcto. Catorce años de trabajo por una mujer -. Jacob (Génesis 29:15-30) 

9) Corte 200 prepucios de los enemigos de su futuro suegro y recupere a su hija para esposa -. David (1 Samuel 18:27). 

10) Incluso si no hay nadie por ahí, sólo pasee un poco y siempre encontrarás a alguien -. Caín (Gén. 4:16-17).

11) Conviértete en el emperador de una gran nación y haga un concurso de belleza -. Jerjes o Asuero (Ester 2:3-4).

12) Cuando veas a alguien que te gusta, vete a casa y dile a tus padres, “Vi …una mujer…ahora pues, tomádmela por mujer.” Si tus padres cuestionan su decisión, simplemente diles: “Tómala para mí, porque ella me agrada.”- Sansón (Jueces 14:1-3).

13) Mata a cualquier esposo y toma su esposa. (Aunque prepárate para perder cuatro hijos sin embargo.) – David (2 Samuel 11). 

14) Espera a que tu hermano muera. Tome a su viuda. (No es sólo una buena idea, ¡es la ley!) – Onán y Boz (Deuteronomio o Levítico, por ejemplo en Ruth). 

15) No sea tan exigente. Compense calidad con cantidad -. Salomón (1 Reyes 11:1-3).

16) ¿Una mujer? – Pablo (1 Corintios, capítulo 7).

Obviamente, esta lista fue escrita con el humor en mente, y algunas de estas “formas,” no es prescriptivas, sino descriptivas de los caminos pecaminosos de como el pueblo de Dios se han comportado en el pasado – no son de ninguna manera ejemplar. Pero esto demuestra un punto importante – las personas a menudo quieren que la Biblia diga ciertas cosas, como por ejemplo cómo encontrar un cónyuge y contraer matrimonio, pero hacen caso omiso de las porciones de la Escritura que no se ajustan a su paradigma. La Biblia tiene más que decir acerca de los matrimonios arreglados, por ejemplo, lo que hace un “noviazgo” o el cortejo. Entonces, ¿cómo proceder? 

Tenemos que darnos cuenta de que la Biblia no habla de todos los temas que nos enfrentaremos en la vida. Solo pregúntele a Salomón, que tuvo que usar la sabiduría, cuando las dos prostitutas vinieron ambas a reclamar ser la madre de un niño. Debemos seguir esas cosas que Dios nos ha dado. En todas nuestras relaciones tenemos la obligación de ejercer el fruto del Espíritu y no maltratar a nadie, eso es especialmente cierto para un futuro cónyuge. También tenemos el claro mandato bíblico que un cristiano es libre de casarse con quien él o ella elija, siempre y cuando la posible pareja sea “en el Señor” (1 Cor. 7,39). Pero al final, la elección de un cónyuge pide sabiduría. 

La Biblia no nos da un medio específico por el cual podemos encontrar cónyuges. Algunos podrían ser introducidos por familiares o amigos. Algunos podrían cultivar una relación de cartas (o como se podríamos encontrar con mayor frecuencia, e-mail, o alguna forma de medios de comunicación social). En algunas culturas el pensamiento de citas o cortejar está fuera de cuestión. Una vez caminaba con uno de mis compañeros de oficina en la escuela de posgrado – él era un cristiano en entrenamiento para el ministerio en Japón. El estaba atentamente leyendo un archivo, que se parecía a un archivo personal. Fuera de la curiosidad, le pregunté qué estaba leyendo. Él me dijo que era un archivo en una de mujer joven que su padre le había enviado. Su familia, sin haberla visto (a excepción de unas cuantas fotos en el archivo) estaba arreglando su matrimonio. Me quedé como piedra, pero sin embargo consciente de que los cristianos piadosos no todos hacen las cosas de la misma manera. Es decir, sólo porque es estadounidense y cristiano no significa que es bíblico o la única manera. 

El mayor punto doctrinal es que en la búsqueda de encontrar un cónyuge, debemos tener en cuenta dos cosas: (1) que somos conscientes de la voluntad de Dios revelada en la ley moral – no debemos violarla en palabra, pensamiento, o obra, y (2) la libertad cristiana – en donde Dios ha hablado, estamos obligados, pero donde no ha hablado somos libres. No estamos obligados por mandamientos de los hombres. Esto significa que los cristianos piadosos pueden diferir en la forma en que viven sus vidas, pero eso no quiere decir que uno es más santo que otro, porque ella tiene noviazgo y no corteja. 

Debemos señalar también que, en su historia colectiva, la iglesia nunca ha abordado la cuestión en sus credos o confesiones sobre cómo encontrar un cónyuge. Tal vez esto nos debería decir que es un asunto de la libertad cristiana, y que al final, debemos confiar en la gracia de Dios, la sabiduría, la oración y el consejo piadoso en lugar de hacer afirmaciones que la Biblia nunca ha hecho

Via: Evangelio segun Jesucristo

Compendio de Referencia Cruzadas THEWORD

"Tesoro de conocimiento bíblico", originalmente titulado "Treasury of Scripture Knowledge", es una obra de R.A. Torrey que (según Miguel A. Mesías) contiene medio millón de rederencias cruzadas y que incluye casi todos los versiculos de la Biblia.

Esta compilación esta hoy disponible para nosotros en el Software TheWord. A continuación dejamos el enlace de descarga y un breve tutorial para aplicarlo a nuestro Software.


Clik aquí para descargar el modulo.

Como vemos en la imgen son muchas y muy utiles las referencias que en el modulo se compendian. Habiendo descargado el modulo bastara con programar nuestro software dando click en Herramientas y luego en Opciones de la vista de Biblias... como se ve a continuacion.


En seguida veremos un panel con diferentes categorias de configuración, escogeremos la opcion Notas de pie de página y referencias Cruzadas y seleccionar las opciones que vemos en la siguiente imagen.


Damos click en ok y listo, ahora podemos usar esta herramienta de referencias. Estas referencias no solo son directas sino tambien indirectas, es decir que hacen refencia al significado del versiculo. Las referecinas directas son mostradas en azul y separadas por punto y coma y las referencias implicitas son mostras entre corchetes.


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Curso de Teología Bíblica (PDF)





Con un lenguaje devocional y con cuestionarios que harán más significativo el aprendizaje de su contenido, Francisco Lacueva Lafarga nos ofrece un estudio de teología fácil de leer y agradable al corazón del hijo de Dios que anhelé conocer más a su Señor.









...todo creyente cristiano que se precie de serlo ha de poner todo su empeño en conocer, cada vez más y mejor, de un modo íntimo, cordialy experimental, a ese Dios que, sin mérito alguno por nuestra parte, tuvo a bien, desde toda la eternidad, escogernos en Cristo para que fuésemos santos ypredestinados a ser adoptados por hijos y herederos suyos y a ser hechossemejantes a la imagen de su Hijo; y, una vez nacidos, hizo efectivo su llamamiento eterno y, mediante la redención llevada a cabo por su Hijo, y el selladopersonal de su Espíritu, nos justificó y glorificó y nos santifica cada día en lamedida en que nos dejamos conducir por su Espíritu Santo.

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Francisco Lacueva Lafarga

Nací de padres católicos romanos el 28 de septiembre de 1911, en San Celoni, provincia dé Barcelona, España. Mi padre murió en 1918, a una temprana edad, víctima de una epidemia de influenza que visitó tantos hogares en mi país. Yo sólo tenía seis años, y mi madre tuvo que trabajar muy arduamente desde entonces, siendo que quedamos muy pobres. Dos años después, un amigo obtuvo un puesto para mi madre como sirvienta en un Convento de las Monjas  Concepcionistas-Franciscanas en Tarazona de Aragón, una pequeña ciudad en la provincia de Zaragoza. Las monjas la aceptaron con la condición de que yo estudiara para sacerdote, puesto que no querían muchachos en la portería del convento, a menos que se los destinara para que más tarde entraran al seminario.
Así, pues, a la edad de ocho años, me encontré ya comprometido para un futuro acerca del cual sabía menos que nada. La influencia abrumadora de las monjas era tal que durante mi carrera en el seminario, a pesar de que yo le había dicho a mi madre varias veces de que no sentía la vocación para una vida de celibato, me amenazó que me enviaría al orfanatorio de la Guardia Civil, que procedió a describir con muy oscuros colores.
Mi vida como joven sacerdote
Cuando tenía diez años, entré en el Seminario de Tarazona para estudiar para el sacerdocio. No estudié con mucho ahínco hasta los cursos superiores, pero aun así, pude pasar todos los exámenes con las mejores calificaciones. Sentí que esto era una pequeña compensación de mi orgullo para contrarrestar las atracciones de un trabajo ordinario en el cual yo podría haber logrado mis deseos de formar un hogar.
Fui ordenado sacerdote el 10 de junio de 1934, en Tarazona, por el Dr. Goma, Arzobispo de Toledo. Luego pasaron quince años de ministerio a la Iglesia, clases en el Seminario y en privado, así como entierros, bautismos, casamientos, y otras ceremonias religiosas.
Suprimo las dudas
En septiembre de 1948, fui promovido por mi obispo a la cátedra de Teología Dogmática Especial en el Seminario Diocesano de Tarazona de Aragón. Un año después también me designaron como Canónigo Magisterial, es decir, predicador oficial en la Catedral.  Hasta esa fecha me las había arreglado para suprimir todas las dudas y dificultades que había experimentado con respecto a muchas de las doctrinas que la Iglesia Católica Romana enseñaba y obligaba a los fieles a creer. Esto se había logrado parcialmente debido a la sumisión inmediata e incondicional que, bajo pena de excomunión, todos los verdaderos romanistas rendían al Papa.
Días después leí en una revista católica romana, "Cultura Bíblica", el nombre de Don Samuel Vila, Pastor evangélico español, a quien atacaban por algunos comentarios que había hecho en su libro, "A las fuentes del Cristianismo", con referencia a los hermanos de Jesús: Después de tantos años, todavía podía recordar el nombre de este pastor, por lo que busqué su dirección en la guía telefónica y le escribí una carta describiendo con extrema sinceridad mis problemas espirituales.
Una verdadera conversión a Dios
El Pastor Vila contestó con una carta llena de comprensión y unción del Espíritu Santo, en la cual explicaba muchas de las verdades fundamentales de la Palabra de Dios, que sin embargo me asombraron, puesto que eran en contra de todas las cosas que yo había creído. El Sr. Vila no me pidió que me convirtiera en Protestante, pero con mucha candidez me dijo que la solución a mi problema espiritual no estaba en cambiar de una confesión religiosa a otra, sino en una verdadera conversión a Dios. Esta fue mi primera sorpresa, y no fue la última. Añadió que mi salvación dependía de mi simple aceptación, por fe, de Jesús como mi Salvador personal y (otra gran sorpresa) que considerara la vida cristiana como una relación espiritual cariñosa con Dios. Para mí esto fue extraordinario. iY estos eran los enconosos Protestantes!
Continué intercambiando correspondencia con él; y, después de las primeras cartas que recibí, me envió mucha literatura evangélica. Siempre recordaré la impresión que recibí de leer el libro A las fuentes del cristianismo, de Samuel Vila. Allí descubrí una exposición razonada de las soluciones para mi investigación personal que había iniciado contra los dogmas del romanismo. ¿Por qué no había yo visto estas cosas? Simplemente porque no poseía el extenso conocimiento de la Biblia y la historia que, en su conrrespondencia, el Rdo. Vila demostraba que tenía. Así que fue que me dediqué al detallado y asiduo estudio y meditación de la Palabra de Dios, acompañado por mucha oración en la cual buscaba la abundante gracia del Espíritu Santo para,descubrir el verdadero sentido de la Palabra, a fin de atesorarla en mi memoria y corazón, para vivirla a través de mi vida, y para comunicarla a otros. En poco más de un año había leído toda la Biblia dos veces del principio hasta el final, y el Nuevo Testamento muchas veces. También estudié los mejores comentarios Romanistas y Protestantes.
La Palabra de Verdad
Pronto me encontré gozando de los frutos de esta tarea tan agradable. Mi estudiantes a menudo se asombraban ante las referencias bíblicas pertinentes y variadas con las cuales yo apoyaba mis explicaciones teológicas. Pero por sobre todas las cosas, vi con claridad y por primera vez la falsedad de muchas de las doctrinas de la Iglesia Católica Romana que son los artículos de fe. ¿Por qué no había notado esto antes? Por la simple razón de que yo jamás había procurado un estudio tan detallado e imparcial de la Palabra de Dios. Por eso es que la inmensa mayoría del clero romanista continúa en sus falsas doctrinas, sin abrir sus ojos a la pureza de la verdad del evangelio.
A pesar de que la luz había comenzado a filtrarse en mi alma en enero de 1961, todavía no era salvo, aunque ya estaba convencido de la falsedad del romanismo. Sin embargo, me decidí unirme a la Iglesia Evangélica. Me sentí muy alentado a esta altura de mi conversión por la visita personal que hice a don Samuel Vila en Terrassa (Barcelona) en mayo de ese año. El fervor y la devoción con que me habló y particularmente cuando oró al Señor conmigo, y con su cuñado, Don José M. Martínez, me impresionaron y emocionaron en gran manera.
El poder de la gracia de Dios
Siguiendo el consejo del hermano Vila, puse a prueba a Dios en momentos de gran dificultad para mí, y con resultados maravillosos: Finalmente, en un glorioso 16 de octubre de 1961, y en medio de una prueba que me encerraba como un verdadero toro de Basán, elevé mis ojos y corazón al cielo, no descansando en mi propia fortaleza, sino seguro del poder de la gracia de Dios, la cual cosecha sus mayores triunfos ante la debilidad e impotencia humanas, "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi Poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, Para que repose sobre mí elpoder de Cristo" (2Corintios 12:9). "Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón, a quien el Señor no inculpa de pecado" (Romanos 4:7-8).
Desde esa fecha he visto muy claramenté que he nácido a una nueva vida, he abandonando mi vida de pecado, y me he rendido incondicionalmente a Cristo, dispuesto a llevar su cruz y seguir fielmente en sus pisadas. Cada día he orado que el Espíritu Santo pueda mantenerme siempre alerta, para obedecer sus más leves deseos, que yo pueda ser un instrumento bajo su dirección omnipotente. Desde octubre de 1961 hasta junio de 1962, mis amigos, mis estudiantes, y mis compañeros más íntimos pudieron ver el cambio que se había obrado en mi vida. Mis sermones tenían un fuego de convicción que nunca habían tenido antes. Mi corazón estaba lleno de un entusiasmo, un gozo interior, una maravillosa felicidad, y mi mayor placer era en la oración, y en la lectura continua y estudio de las Sagradas Escrituras. Comencé a leer metódicamente; y muchas eran las Biblias y Nuevos Testamentos que se obsequiaron a mis amigos en sus cumpleaños y días de fiesta.
El romanismo: Otro evangelio
Después de un tiempo me di cuenta de que era imposible, en mis nuevas circunstancias, continuar en la Iglesia Católica Romana. E1 21 de junio de 1962, escribí cartas fechadas el 16 del mismo mes en Barcelona dirigidas a mi obispo y al presidente del Concilio Canónico de la Catedral de Tarazona, a la que estuve vinculado por trece años como Canónigo Magisterial. En ellas renunciaba a todos mis honores y cargos y les decía de mi salida de la Iglesia Católica Romana. Le decía al obispo que yo no deseaba caer bajo las anatemas de Gálatas 1:8-9, "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema".
No mi propia justicia, sino la de él
El mismo 21 de junio crucé la frontera española-francesa en Port-Bou, y en la tarde del día siguiente, desembarqué en el puerto de Newhaven, en la costa sur de Inglaterra, donde me esperaban los brazos abiertos de un siervo de Dios y amigo, Mr. Luis dé Wirtz.
No quiero omitir que el domingo 17 de junio, por primera vez, asistí a una reunión evangelística en una Iglesia en Barcelona y hablé en un servicio de la tarde, en otra capilla en Terrassa. Luego disfruté de la hospitalidad y cortesías de mi mentor espiritual, Don Samuel Vila.
No quisiera concluir sin ofrecer un vibrante testimonio de mi converción a Jesucrrsto. Con gran gozo he renunciado  a los altos cargos que ocupaba en la Iglesia Católica Romana y a la generosa forma de vida que los acompañaban. Sigo con confianza bajo la guía providencial de mi Padre Celestial hacia la meta segura de mi salvación. Desde que abandoné la Iglesia Católica Romana, he visto muy claramente que a fin de poseer todas las cosas primero es necesario abandonar todas las cosas.
"Por gracia sois salvos por medio de la fe"
A ustedes, mis ex compañeros en el sacerdocio, digo de todo corazón: "Me siento muy feliz en la nueva vida que he abrazado en Cristo y en su evangelio; quisiera que todos ustedes fuesen tocados por esta misma gracia. No los olvidaré en mis oraciones, y confío que tengo un lugar en todos los que buscan la verdad con sinceridad y con un corazón recto. Estén seguros de que la salvación es un asunto personal entre Dios y cada uno de ustedes. La salvación no está en la afiliación en una iglesia, ni en las prácticas piadosas, servicios, rosarios, mensajes de Fátima, etc. Es algo evidentemente equivocado creer que uno puede salvarse por observar los "Primeros viernes", o los "Primeros sábados". Sólo nuestra aceptación personal por la fe del hecho extraordinario de la Redención de Jesucristo puede salvar nuestras almas. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús; a quien Dios Puso' como propiciación por medio de la fe en su sangre, Para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados" (Romanos 3:23-25).
Esta es doctrina bíblica; es la doctrina de Pablo en Romanos. Estudien las Escrituras y ellas le guiarán a la verdad. Cuídense de seguir el camino equivocado, Piensen en esto hoy. Mañana podría ser demasiado tarde.

Testimonio extraido del Libro "Lejos de Roma, cerca de Dios", el cual cuenta el testimonio personal de 55 ex sacerdotes católicos que decidieron abandonar el romanismo y el cargo que ocupaban en él para rendir su vida a Cristo.

Paquete de recursos para THEWORD


Hoy queremos compartir un paquete con dies recursos para el Software que hace algunos días compartimos.
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  1. Biblia del Oso.
  2. Biblia Nacar Colunga 1944.
  3. Biblia Reina Valer 1909.
  4. Interlineal Griego-Español.
  5. Comentarios de la Biblia Diario Vivir.
  6. Diccionario Rialp de Historia de la Iglesia.
  7. Diccionario de Nombres Bíblicos Hitchcock.
  8. Diccionario de palabras Strong.
  9. Compendio Manual Halley.
  10. Libro de los Mártires.

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